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La falta de mordida del Real Murcia provoca un empate ante el Atlético Pulpileño

Los granas recibieron las tablas ante un equipo que prácticamente no tiró a puerta ni tuvo ocasiones (1-1)

Juan Fernández yendo hacia el balón / Real Murcia

Juan Fernández yendo hacia el balón

Murcia

El Real Murcia recibió la visita del Atlético Pulpileño en un encuentro donde Mario Simón formó con Serna bajo palos, eje de la defensa con Alberto González y Athuman, lateral derecho para Popovici e izquierdo Madrigal. En el centro del campo, Armando actuó como pivote en fase defensiva y se alineó en contención y ataque con Ganet y Julio Gracia. Arriba tres atacantes con Juan Fernández por la derecha, izquierda Dani García y arriba Carrasco.

El equipo quiso dar una buena imagen desde el inicio, bien arropado por su público y sobre una superficie que le es más familiar que otras jornadas. Con la baza de jugar en casa, el conjunto grana mimó el balón en esos primeros compases para lanzar avisos de peligros a su rival, que llegó a atenazarse en defensa por la constante presión del Murcia. Sin embargo, la propuesta de los granas fue únicamente para mantener la pelota sin llegar a chutar a puerta.

Por su parte, en la ofensiva, el Atlético Pulpileño no supuso una amenaza para los dominios de Serna en ningún momento. Los almerienses no encontraron comodidad en la fase de ataque q pesar del ofrecimiento de Cristo García, el hombre más activo cayendo a la banda defendida por Popovici.

En el inicio de la segunda mitad, Mario Simón metió a Fran García y quitó a Popovici, que anduvo estático y poco participativo en su costado para las ayudas en ataque al doblar a Juan Fernández. Con esta propuesta, el Murcia jugó con Armando como lateral derecho y el recién ingresado al verde acompañó a Ganet y Gracia en la medular.

En la primera ocasión real del conjunto grana llegó la ansiada diana. Carrasco se adelantó unos metros para propinar un potente derechazo. Erik paró el balón, pero su rechace fue directamente a sus redes en el minuto 49 (1-0). Con este impulso en forma de gol, el Real Murcia se vino arriba e incluso reclamó un posible penalti sobre Ganet que el colegiado no señaló.

Justo en ese buen momento de estado de forma, Emilio Iglesias entró como un puñal por la banda derecha de los de Pulpí, puso un centro a media altura para la bota de Diego López y el disparo de este ante Serna estuvo cerca de ser el empate en el minuto 60. Fue el primer aviso de los visitantes en todo el encuentro, solo un susto por fortuna para la grada pimentonera.

Con el paso de los minutos, la urgencia del Pulpileño empezó a crecer y el límite de las entradas empezó a ser un problema en el juego. Muchas interrupciones y balones parados que provocaron al Murcia a entrar en esa espiral y, por consiguiente, la preocupación de defender acciones de libre indirecto con el riesgo que supone rondar el minuto 70 solo con un gol de ventaja.

Mario Simón siguió moviendo banquillo, primero dando entrada a Saura y quitando a Ganet, después metiendo en el campo a Boris y sacando a Carrasco. El técnico local empezó a calmar las aguas de sus futbolistas, que comenzaron a precipitarse en algunas acciones. Era necesaria una pequeña pausa para que se enfriase el ritmo que había ganado el Pulpileño.

Tanto se había conectado el equipo visitante, que después del susto llegó la realidad y la bofetada en la cara. Areso encontró a Cristo desmarcado para meter un pelotazo arriba. El atacante del equipo almeriense ganó la partida a Alberto González y no dudó en lanzar un obús que descuadró a Serna para empatar en el 77.

Casi de manera consecutiva, quiso dar respuesta rápida Dani García con un disparo desde muy lejos. El balón pasó rozando el larguero, pero era necesaria más contundencia arriba y mordida real para sacar más que un punto ante un equipo que no había chutado a puerta antes. Tras el mazazo del gol, Rognny entró al césped y Juan Fernández salió hacia el banquillo. La realidad tras los últimos cambios de cromos fue que solo dio tiempo a una llegada más por parte de Boris en el tiempo añadido y acabó consumándose un empate que sabe a muy poco (1-1).

Un doblete de Petravicius sella las tablas del Águilas

El equipo dirigido por Molo ha empatado a dos en un encuentro que comenzó perdiendo. Buigues tuvo que emplearse a fondo para parar una llegada comprometida y poco después encajó el primero en contra gracias a Kaiser (0-1). Los locales, arropados por el público del Rubial, empezaron a apretar para buscar la respuesta y tres minutos después fue Petravicius el que firmó el 1-1.

Tras ello, Jovic estrelló el balón en la madera y el Alzira no quiso quedarse atrás. De nuevo, Buigues fue el héroe justo antes del descanso para impedir que los visitantes se adelantasen de nuevo. Tras una primera parte de la segunda mitad con un equilibrio marcado en el luminoso y sobre el césped, el Águilas asestó un golpe directo gracias de nuevo al lituano. Este 2-1 en el 78 puso en pie a la grada aguileña, que se enfrió con el empate en el 87 y el correspondiente reparto de puntos (2-2).

Rubén González

Rubén González

Redactor de Radio Murcia Cadena SER con gran pasión por el deporte de la Región de Murcia.

 
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