El Rastro reabre todos sus puestos con controles de aforo
Calles aledañas a la plaza Cascorro estaban valladas por la Policía para evitar aglomeraciones
Madrid
La reapertura de todos los puestos del rastro ha venido acompañada de un estricto control de aforo. Desde por la mañana, Policía Municipal cerró algunas de las calles aledañas a Cascorro como Duque de Alba para controlar la entrada de personas, quienes tenían que hacer una cola de unos 15 ó 20 minutos para entrar. "Esto no ha pasado nunca, es una vergüenza que estemos dando esta imagen del Rastro", exclamaba un vecino del barrio.
Poco a poco, el Rastro se vuelve a convertir en lo que era, una nueva normalidad que obliga a llevar mascarilla. En teoría, la distancia social también es otro factor sanitario a respetar, pero la realidad es que en ciertas calles, como Rivera de Curtidores, es imposible no andar pegado a alguien.
Hasta la fecha, los comerciantes se intercalaban un domingo sí, un domingo no con tal de evitar aglomeraciones en los puestos. Hoy, todos ellos volvían acercarse a La Latina. "Nos parece que estaba tardando. Trabajamos cuatro días al mes, si nos quitan dos nos hacen polvo. Ha sido una muy buena noticia, todo el mundo ha llegado aplaudiendo y estamos todos muy felices".
La euforia no solo era palpable entren los vendedores. Visitantes y amantes del rastro también se mostraban especialmente entusiasmados de ver cómo este mercado que reúne a tanta gente cada domingo recupera progresivamente su alma: "hay que volver a sentirse como antes, en la normalidad dentro de la normalidad".