Paco López ante el reto de superar una crisis de resultados y de identidad

Valencia

El puesto de Paco López no corre peligro, si es que alguien pensaba que el entrenador del Levante podría ser destituido tras la derrota ante el Celta de Vigo.

El técnico de Silla se ha ganado el crédito suficiente durante 4 años como para que una crisis de resultados derribe la confianza que Quico Catalán depositó en él. Hasta en dos ocasiones existió una amenaza real de descenso y el presidente ni pestañeó. Ahora, con 32 jornadas por delante no parece que el mejor plan pase por un cambio repentino en el banquillo de Orriols.

No obstante, el momento crítico que atraviesa el equipo no es la consecuencia de cuatro empates y dos derrotas, es el acumulado de la indolencia reflejada por la plantilla en el último tercio de la pasada temporada, la deficiente planificación deportiva, el cierre en falso del mercado y el desgaste que se produce en un vestuario que pide a gritos una regeneración. 

Dice el refranero español, que agua pasada no mueve molinos y por desgracia muchas de las actuaciones que el presidente, la dirección deportiva y el entrenador tendrían que haber resuelto durante los últimos meses ya no tendrán solución hasta el próximo mes de junio.

Entrar en un intercambio de reproches por los no fichajes o si el ciclo de Paco López está finiquitado, no va a ayudar a que Roger meta un penalti, a que Vezo no haga otra pifia o a que Soldado se recupere antes de los plazos previstos. Y eso es lo verdaderamente importante.

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Ahora, con el inicio del otoño, lo profesional te obliga a centrarte única y exclusivamente en el análisis pormenorizado de los datos, de lo que ha ocurrido en estas seis jornadas en las que el conjunto granota ha merecido mucho más de los 4 puntos sobre 18 posibles que computa en la clasificación.

El fútbol ha sido injusto con un equipo que ha estado más cerca de ganar que de empatar ante el Cádiz, el Real Madrid o el Elche y al que le han castigado las lesiones en jugadores determinantes para construir una idea de juego a la que Paco López le pueda dar continuidad y su Levante vuelva a ser reconocible.

Yo estoy convencido que, con el regreso de Campaña, Soldado y Bardhi tras el parón por selecciones, Paco López recuperará la disposición (4-4-2) con dos extremos insustituibles como Morales y De Frutos por las alas, con un doble pivote en el que Campaña tendrá libertad para pisar el área contraria y filtrar pases, para que Soldado y Roger marquen un buen puñado de goles que deje al equipo otro año más en Primera.

Y una vez conseguido el objetivo, será el momento para que Quico Catalán implemente y explique cuál será su plan económico y deportivo, con o sin Paco López, para rescatar al Levante del jardín de amortizaciones y salarios insostenibles en el que lo ha metido y sobre el que pivotará el futuro del club.