Euskadi recuerda a los 4.700 fallecidos por la covid
El lehendakari apela a la "esperanza" de un "nuevo tiempo" en la segunda edición del homenaje a las víctimas de la pandemia
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El lehendakari ha presidido el homenaje a las víctimas vascas de la pandemia / EFE
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Vitoria
Las instituciones vascas han recordado este martes a los cerca de 4.700 fallecidos a causa de la covid-19 desde el inicio de la pandemia, un acto que se ha celebrado por segundo año en un pequeño parque situado en el centro de Vitoria que fue acondicionado como un espacio de memoria para las víctimas.
El lehendakari, Iñigo Urkullu, presidió hace un año este homenaje y fijó la fecha del 21 de septiembre para recordar a los fallecidos por el coronavirus.
Entonces la pandemia se había cobrado la vida de 1.813 personas en Euskadi, un número que ha ido creciendo hasta alcanzar los 4.669 muertos, según el último dato facilitado por el Departamento de Salud el pasado miércoles.
Representantes de varias instituciones vascas, entre ellas del Ejecutivo vasco, diputaciones, ayuntamientos y Delegación del Gobierno, se han congregado en el bautizado como Parque Sempervirens, alrededor de una sequoia gigante que fue plantada en 1860 y que aunque se secó en 2014 se ha mantenido en el lugar.
El lehendakari ha señalado en un breve discurso que este árbol seco y su "fuerza y solidez" ayuda a representar la memoria de la permanencia de la memoria colectiva.
Junto al enorme árbol se plantó el pasado año otra sequoia de la variedad "Sempervirens" que, según ha dicho Urkullu, representa "la vida", todo aquello que ha unido a la sociedad durante la pandemia y la "complicidad y colaboración ante la adversidad".
Durante el acto, el lehendakari ha señalado que este homenaje busca recordar a los muertos y a sus familias. "Tratamos de humanizar y personalizar nuestro sentimiento de cercanía, condolencia y solidaridad. Este espacio nos ayuda a encarnar y enraizar en la memoria la empatía con cada una de las víctimas de esta pandemia", ha dicho.
"Sempervirens", ha continuado, simboliza la esperanza de iniciar un nuevo tiempo, de dejar atrás el "túnel pandémico" e iniciar una etapa de recuperación personal, emocional, social, económica y de la convivencia.
Antes de concluir el acto con dos minutos de silencio, Urkullu ha animado a mirar el futuro con "esperanza" sin olvidar la experiencia "pasada" y la solidaridad con quienes más han padecido.