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Palencia evita la contaminación de 1.149 toneladas de aceite industrial en 2020 gracias a su tratamiento

Se ha regenerado el 79% del total recogido

Palencia evita la contaminación de 1.149 toneladas de aceite industrial en 2020 gracias a su tratamiento / Fuente: SIGAUS

Palencia evita la contaminación de 1.149 toneladas de aceite industrial en 2020 gracias a su tratamiento

Palencia

Los aceites usados procedentes de los vehículos o la maquinaria son un residuo peligroso y con un elevado potencial de impacto ambiental. En 2020 SIGAUS garantizó el cumplimiento legal y la protección de nuestro entorno con la recuperación de 11.234 toneladas brutas de aceites usados en Castilla y León.

Concretamente en Palencia se recogió un total bruto de 1.214 toneladas de aceites usados en 120 municipios, lo que se traduce en la regeneración de 907 toneladas, que suponen el 79% del total recogido.

El 45% de los establecimientos en los que se realizó el servicio de recogida fueron talleres mecánicos. En 2020 SIGAUS recogió en todo tipo de talleres: marquistas, multimarca, independientes, multiservicios, especializados, autocentros, mecánica rápida, vehículos industriales o lavado y engrase. Sin embargo, la industria fue la actividad de mayor generación de aceite usado en Castilla y León, con 4.346 toneladas generadas, que suponen el 39% del volumen total recuperado en esta comunidad autónoma.

Un gran número de recogidas tuvo lugar en una amplia variedad de actividades, como la agricultura, el comercio, la hostelería, el transporte o la construcción, así como relacionadas con la Administración pública, las fuerzas armadas, presas, parques eólicos, empresas de alquiler de vehículos o autoescuelas, entre otras, que sumaron 1.844 establecimientos.

Recogida en zonas de especial vulnerabilidad ambiental

El aceite industrial usado es uno de los residuos peligrosos que se generan en mayor cantidad. Por su toxicidad y su escasa biodegradabilidad puede tener importantes efectos sobre la salud y el medio ambiente. Su vertido provoca graves problemas de contaminación y su combustión incontrolada conlleva la emisión a la atmósfera de gases tóxicos (con cloro, plomo...). Es, además, especialmente dañino en el medio acuático: tan solo un litro de aceite industrial usado puede llegar a contaminar hasta un millón de litros de agua.

Esta peligrosidad, unida a la precaria situación económica vivida por la industria gestora de este residuo, llevó a SIGAUS a tomar la decisión de aumentar la financiación de la recogida. Desde el punto de vista ambiental, la recuperación de este residuo peligroso tiene un importante valor añadido en zonas alejadas, principalmente rurales, donde se encuentran la mayoría de espacios naturales protegidos y recursos hídricos, y donde habitan una parte importante de la flora y fauna protegidas.

En concreto, SIGAUS recogió 634 toneladas en el entorno de 27 espacios protegidos en Castilla y León, incluyendo Parques y Reservas Naturales, Reservas de la Biosfera, Zonas Ramsar y otras áreas de especial protección.

Economía circular del aceite usado: de residuo a recurso

Una vez recogido, el aceite usado es analizado en centros de transferencia donde se determina su destino final para ser tratado a través de los diferentes procesos existentes. Castilla y León cuenta con 9 instalaciones de gestión de aceites usados, incluyendo 1 planta de gestión final de tratamiento previo a su valorización energética.

Se trata de un residuo que, siendo bien gestionado, tiene valor en su totalidad. Contiene importantes recursos materiales y energéticos que permiten su uso como materia prima en la fabricación de nuevos productos, ya sea como nueva base lubricante —el tratamiento prioritario y denominado regeneración— o como combustible de uso industrial.

Un 65% del aceite usado neto recogido en 2020 en Castilla y León fue tratado mediante regeneración, 6.003 toneladas. Un tratamiento que extrae del residuo una base lubricante válida para la fabricación de nuevos aceites, evitando tener que recurrir al refino del petróleo. El volumen de residuo destinado a este tratamiento permitió devolver al mercado 3.758 toneladas de lubricantes, y el ahorro de cerca de 1,8 millones de barriles de petróleo. Y, en términos medioambientales, este proceso hizo posible evitar la emisión de más de 4.000 toneladas de CO2 a la atmósfera.

Los aceites usados que no fueron regenerados se trataron para fabricar combustible de uso industrial, utilizado en centrales térmicas de generación eléctrica, cementeras, papeleras, equipos marinos, etc., evitando con ello la utilización de otros combustibles tradicionales como el fuel óleo. A este tratamiento se destinaron el pasado año 3.225 toneladas, evitando con ello la emisión a la atmósfera de 1.767 toneladas de CO2 y la utilización de 332.419 barriles de petróleo.

 
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