El bulo de la anciana cuya casa habían ocupado

Madrid

La ferocidad del mundo, la de unos peligrosos individuos sobre otros honrados, se plasmó en una historia con todos los elementos del escándalo. Así se contó. Una historia retransmitida por televisión que mostraba en el mes de agosto a una pobre anciana de 89 años cuya casa había sido ocupada por una chica de 26. Ahora ella, la anciana, lamentaba en las escaleras la injusticia, rodeada de sus hijos, las cámaras y los micrófonos de los reporteros. La chica había sido su cuidadora y de repente había decidido atrincherarse en la casa, expulsando a su legítima inquilina. Pero, como ha contado El País, todo era mentira. Repasamos la historia en sonido encima de estas líneas.

Contra la joven, llegada de Marruecos, se desató la indignación del barrio y el insulto en las redes. Entró en escena una empresa que quiso mostrarse como la salvadora de Carmen y de su vivienda en el distrito de La Latina. Desokupa, la compañía de formas rudas que se dedica a presionar a okupas para que abandonen las casas, lanzó un campaña de algo más que violencia verbal. Enviaron amenazas a la joven, la insultaron en redes sociales, propagaron el odio contra ella, especialmente azuzado por ser extranjera. Aseguraron que era prostituta, que estaba cometiendo delitos.

En realidad, y así lo comprobó la policía, la chica pagaba un alquiler a la anciana desde hacía tiempo. La anciana le realquilaba la casa cobrándole casi cuatro veces más que lo que ella pagaba a la verdadera propietaria por un piso de renta antigua. Es decir, realquilaba el inmueble pese a que lo tenía prohibido y lo hacía inflando el precio. La joven había llegado a España varios años antes, donde cursó sus estudios universitarios de Filología Hispánica en un programa conjunto de la Complutense y la Sorbona de París.

Tras hablar con el abogado de la joven, que ahora estudia las acciones legales a emprender para limpiar su imagen, reconstruimos la historia en formato sonoro para Hora 25.