Rulo: "Emocionalmente está habiendo momentos muy potentes en los conciertos"

Aranda de Duero

La lluvia no ha hecho mella en su verano, y eso que él y su Contrabanda son una tormenta, pero sobre el escenario. "Habrá que poner dos velas a Santa Bárbara", dice Raúl Gutiérrez, aunque a él se le conoce como Rulo. Cántabro -de Reinosa- pero con 'casas' en muchas partes del país en las que se le quiere. Y Aranda es una de ellas. "Tenemos varios amigos allí, hemos tocado varias veces, la última fue en Sonorama que fue espectacular, precisamente ese día llovió y no se movía nadie de ahí. Hemos tocado en la fiesta motera, y recuerdo de tocar muchas veces. Es un lugar que siempre nos ha tratado bien y tenemos muchas ganas de volver, lo vemos de pasada tantas veces por la A-1...", esgrime.

El artista, a sus 42 recién cumplidos, casi sumará una cifra similar de conciertos desde que reiniciara su gira presentando su último disco 'Basado en Hechos Reales'. Viene con el corazón encogido por presentarlo en Santander, su tierra, hace unos días, pero disfrutando como nunca sobre el escenario aunque ahora los conciertos sean diferentes. "Emocionalmente está habiendo momentos muy potentes por el invierno del que venimos todos como sociedad y por todo lo que hemos vivido. Ahora los cinco sentidos del espectador están puestos sobre el escenario. Eso es más responsabilidad para nosotros pero con eso me quedo. No cometo el error de comparar con lo anterior porque es diferente y me alegro muchísimo de haber salido de gira, vivir este momento desde el escenario", cuenta.

Y es que llegado el confinamiento, se dio un parón que nadie esperaba y que enjauló a artistas activos como Rulo. Recuerda que "las primeras semanas como estamos acostumbrados a ir rápido, al haber un frenazo no me daba vértigo, pero cuando veías que la historia se alargaba claro, no estamos acostumbrados a estar enjaulados, y lo digo en la canción de Verano del 95, nunca estoy más de siete noches en la misma ciudad". "Pasas por el miedo, por tus familiares... Es verdad que hice canciones, pero me refugié más en escribir", añade. Y así nació Tres Acordes y La Verdad, un libro que "me sirvió mucho para apaciguar el miedo y el vértigo, con una vista hacia atrás, yo nunca miro hacia atrás, siempre pienso en el futuro y este libro me obligó a repasar mis últimos 25 años cantando, todo lo que he cantado y viajado, y eso en lugar de decir 'mierda la pandemia' ha hecho decir 'gracias a la vida por todo lo que he vivido'". 

En esos 25 años de carrera ha habido tiempo para todo. Primero su divorcio con La Fuga, la banda con la que se dio a conocer. Porque en la música también hay separaciones, más o menos dolorosas, y Rulo quiso seguir su camino, el de la felicidad. "Es como cuando te separas de una relalción muy larga. Cuando te pasa te sientes tan mal que crees que eres el único al que le ha pasado. Crees que todos los grupos nacen con eternidad pero tienen fecha de caducidad. Cuando se pierde esa magia y coincide que dos van por un lado y dos por otro y te llevas mal, ese éxito que dice la gente de vender muchas entradas era cuando nos pasaba eso, esos últimos años. Y era cuando más tenso estaba todo. He sido más feliz durante el camino que cuando llegas a eso que llamas éxito. Mi familia me decía que cómo me iba a ir de mi sueño, y pasó más miedo que yo. Yo dije que no me veía para echar a nadie pero sí para irme, pero ahí quedan las canciones, que es mi vida musical y que alguna sigo tocando cada noche", dice.

Y ahora, más de 10 años después y cuatro discos de estudio y dos directos con la etiqueta de Rulo y La Contrabanda, hay una evolución clara en el sonido pero también en las letras. "Dentro de La Fuga ya hay una evolución de sonido, y en Rulo y La Contrabanda también, no sé si es búsqueda o evolución, creo que ningún disco suena igual que el anterior, no hay dos discos que se repitan en sonido, el público solo me pide canciones y es lo más difícil de conseguir, pero siempre trato de cambiar. Nunca busco repetición", se sincera.

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El cántabro, que además se reconoce como "un enamorado del vino" y que realiza un concurso de tortillas en todos los camerinos que visita junto a su equipo, llega a la capital de la Ribera para hacer saborear a sus fieles letras únicas, en un concierto que mezcla lo pasional con su dominio del piano, y el rock de su fiel Contrabanda con la que una tormenta de sensaciones caerá sobre los más de 2.000 asistentes con invitación para disfrutar de su concierto el Recinto Ferial, que irán con el viento a favor, esperando que la suerte -y no la lluvia- roce su corazón. Aunque si llueve, ya se ha demostrado que el paraguas o el chubasquero, no impiden disdfrutar de un buen concierto.

La entrevista al completo con Rulo puede reproducirse en el siguiente audio.