La falta de puntería condena al Real Zaragoza en el José Zorrilla

El fútbol son goles y si no marcas, aunque seas mejor que tu rival, es imposible ganar. Eso es lo que le pasó al Real Zaragoza en Valladolid. Estrelló dos balones en el palo, fue mejor que los de Pacheta, mereció la victoria, pero se volvió de vacío a la capital aragonesa. Los de Juan Ignacio Martínez suman un punto en dos jornadas con toda la temporada por delante. El resultado fue malo y las sensaciones muy buenas. Unas sensaciones sobre las que debe crecer para encontrar la puntería y la victoria que le faltó en Pucela.

La obligada entrada de Álvaro Ratón por el lesionado Cristhian fue la única novedad del once respecto al debut liguero frente al Ibiza. En el Valladolid no se vistió Marcos André en espera de una inminente salida al Valencia. El primero que lo intentó, prácticamente desde la divisoría, fue Fran Gámez, que vio adelantado a Roberto, pero el balón se fue por centímetros por encima de la portería. El Real Zaragoza le dio un susto a la parroquia de Pucela.

Esta primera ocasión animó y abrió el partido. El Valladolid despertó, pero el que la tuvo otra vez fue el equipo aragonés con un remate de Francés, tras un balón perdido en el área, que paró Roberto. Sin embargo, el Valladolid fue quién dio primero. Un central, Javi Sánchez marcó para el Valladolid en el minuto 16 con un disparo desde más allá del semicírculo del área en el que Ratón pudo hacer más. El partido se le puso cuesta arriba a los de JIM.

Reaccionó el Zaragoza e intentó responder con un centro desde la derecha de Narváez, que Joaquín le quitó de la punta de la bota a Iván Azón. El Valladolid nadó y guardó la ropa, intentó sorprender a la contra ante un rival que buscó el empate. El centro del campo aragonés se hizo con la pelota. Lo mereció el Zaragoza y de nuevo Iván Azón la tuvo por partida doble. En el minuto 33, a puerta vacía, estrelló la pelota en el poste y, un minuto más tarde, Roberto le sacó un buen remate abajo, evitando que el conjunto aragonés igualara la contienda.

No fue un dominio ficticio porque los de JIM dominaron el partido a sus anchas y tuvieron ocasiones. Mereció más por el asedio a la portería pucelana. Incluso un remate de cabeza de Francho puso los primeros silbidos en la grada de Zorrilla. El Zaragoza se fue de vacío a vestuarios, pero a los puntos y en ocasiones fue mejor.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

 Juan Ignacio Martínez hizo dos cambos en el descanso. Álvaro Giménez, que hizo su debut, y Borja Sainz, entraron por Iván Azón y James. Por su parte, Pacheta quitó a un delantero, Sekou Gassama, por un centrocampista, Fede San Emeterio, ante la superioridad visitante en la medular. De inicio, al Valladolid le salió bien porque equilibró las fuerzas. Sin embargo, el Real Zaragoza volvió a mostrarse en ataque en una contra con centro lateral de Narváez al que Álvaro Giménez no llegó de cabeza por centímetros.

Y volvió a aparecer con otra jugada el colombiano, pero su pase no encontró a Bermejo en boca de gol. JIM puso todo lo que tenía en ataque con la entrada de Adrián por Bermejo. El partido se volvió a inclinar hacia la portería local con el Valladolid intentando capear el temporal para rentabilizar su gol. No era la tarde del Zaragoza, en el 78, Narváez estrelló un lanzamiento de falta en el palo de Roberto.

En el tramo final también se estrenó Lluis López, mientras Pacheta quiso parar el partido con la rueda de cambios. No pasó nada, interrupciones, faltas, pérdidas de tiempo y poco más. Aunque quedaba por llegar el segundo y definitivo gol del Valladolid en una pérdida en la medular del conjunto zaragozano, que acabó en una mano a mano de Toni Vila con Ratón. El Real Zaragoza se marchó con cara de decepción. Perdió un partido en el que fue mejor que su rival.