Detenido un experimentado delincuente por 23 robos en la comarca del Noroeste
Se trata de un vecino de Moratalla, de 38 años, con un amplio historial por delitos similares
Las cámaras de seguridad captan la imagen del presunto autor de 23 robos con fuerza en la comarca del Noroeste / Guardia Civil
Murcia
La Guardia Civil ha detenido a un hombre de 38 años y vecino de Moratalla, que cuenta con un abultado historial delicitivo, como presunto autor de 23 robos con fuerza y un robo con violencia en el Noroeste, y que ha ingresado en prisión por orden del juez de guardia, informaron fuentes de la Benemérita.
La investigación se inició el pasado mes mayo, cuando la Guardia Civil detectó un incremento en el número de robos en explotaciones agrícolas y ganaderas de Moratalla, Calasparra, Bullas y Cehegín, en uno de los cuales empujó a un anciano para sustraerle 200 euros.
La impunidad con la que actuaba el sospechoso, robando en varias explotaciones en un mismo día, hizo suponer a los agentes que conocía la zona, lo que le permitía desplazarse con agilidad para realizar vigilancias de las fincas, las vías de acceso y las rutinas de sus propietarios antes de cometer los robos.
Todos los indicios obtenidos pusieron a los investigadores tras la pista de un vecino de Moratalla, con un amplio historial por delitos similares, sobre el que se iniciaron una serie de discretas vigilancias.
Simultáneamente, se llevaron a cabo diversas inspecciones en tiendas de segunda mano y en chatarrerías donde se constató una serie de ventas irregulares que se correspondían con algunos de los efectos sustraídos.
Los agentes recuperaron una motosierra, un aspirador y un taladro percutor que fueron devueltos a su legítimo propietario, un vecino de Calasparra que días atrás había sufrido un robo en su propiedad.
La Guardia Civil continuó indagando en estos comercios hasta descubrir que el sospechoso había vendido, en poco más de un mes, de cerca de 400 kilos de baterías en una chatarrería.
Estas ventas eran supuestamente fraudulentas ya que se trataba de una persona sin relación con empresas del sector del metal que, difícilmente, podría haber acumulado y justificado la venta de tal cantidad de mercancía.
Después de meses de investigación, los guardias civiles lograron conocer que, además, este sujeto era la misma persona que aparecía en las cámaras de videovigilancia de un cajero automático mientras retiraba dinero en efectivo con una cartilla bancaria sustraída del interior de un domicilio, junto a la clave numérica.
