Christian Rivera regresa al Sporting con la lección aprendida: "Como en casa, en ningún sitio"

Gijón

Siete años después, el hijo pródigo regresa al Sporting. Christian Rivera vuelve a Mareo, con ganas de encontrar en los próximos cuatro años la "estabilidad" que no ha tenido desde entonces y con un mensaje claro, que evidencia que ha aprendido la lección, y que ha pretendido trasladar a la cantera rojiblanca: "Como en casa no se está en ningún lado". Basándose en su experiencia personal, el centrocampista recomienda a aquellos jugadores de Mareo que piensen en irse a otro equipo "que se lo quiten de la cabeza".

Asume que su fichaje es "polémico", que algunos pueden recibirle con recelo, pero ante eso el segundo fichaje rojiblanco pretende responder con ilusión y la calidad que hacía imaginar un futuro muy prometedor para él. Niega tener un carácter complicado; recuerda que "nunca he tenido ningún problema con compañeros; siempre han sido fuera del campo, aunque en casa no los habrá". Y agradece la "apuesta importante" que hace por él Javi Rico, que le firma un contrato de cuatro temporadas y que admite que desde su llegada al cargo la llegada de este futbolista era "una obcecación".

El futbolista, cuya planta impresiona (mide 1.91), llega a Gijón con 24 años, después de una durísima negociación para su desvinculación con la Unión Deportiva Las Palmas, lo que retrasó la oficialidad de su acuerdo con el Sporting. Ni Rivera ni Javi Rico quisieron entrar en detalles, aunque el director deportivo sí destacaba "el esfuerzo importantísimo" que ha tenido que realizar el gijonés, que tiene claro que "el objetivo tiene que ser el de subir. Claramente".

Una trayectoria agitada

Christian Rivera vuelve a Mareo tras su accidentada salida en el verano de 2014, cuando un intento del Atlético de Madrid por ficharle en su etapa juvenil derivó en un conflicto que acabó con la salida del asturiano rumbo al Oviedo, club con el que debutó en Segunda División. La alternativa en la máxima categoría se la dio el Éibar, club que le fichó en 2016, para cederle temporada y media después al filial del F.C. Barcelona. En el verano de 2018 se convirtió en uno de los fichajes estrella de la Unión Deportiva Las Palmas, club que había ascendido a Primera División y que desembolsó por él más de 2 millones de euros.

Nunca llegó a consolidarse en el equipo canario, afrontando tres cesiones (a Huesca, Leganés y Girona). Solo en el equipo aragonés tuvo continuidad. La temporada pasada el COVID y las lesiones le impidieron disfrutar de minutos en el cuadro amarillo, a pesar de la confianza en él expresada públicamente por el entrenador Pepe Mel. En las últimas semanas los agentes del jugador han afrontando una intensa negociación con Las Palmas para lograr la rescisión del contrato y poder incorporarse al Sporting como jugador libre.

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