Cantabria participa en el homenaje al maestro catalán Antonio Benaiges fusilado en Bañuelos de Bureba
Un cenotafio recogerá los escritos de sus alumnos y una lápida roja le recordará
Santander
Un cenotafio es una tumba vacía o un monumento funerario erigido en honor de una persona o grupo de personas para los que se desea guardar un recuerdo especial. A partir de este domingo, 18 de julio, recordará a Antonio Benaiges en el cementerio de la localidad burgalesa de Bañuelos de Bureba. Del homenaje nos ha hablado en Hoy por Hoy Cantabria, Jesús Herrán, artífice de la Editorial Valnera, que ha editado la obra “Aquel mar que nunca vimos”, de José Antonio Abella y en cuya publicación ha colaborado el Ayuntamiento de Camargo.
Antonio Benaiges fue un maestro catalán que llegó en 1934 a la escuela de Bañuelos de Bureba, en la provincia de Burgos. Bañuelos era entonces una aldea sin carretera, sin agua corriente, sin luz eléctrica. Pero eso no era para Benaiges un obstáculo, sino un aliciente. Con su propio dinero compró una imprenta en la que los niños y las niñas de la escuela publicaron pequeñas y deliciosas revistillas que ellos mismos escribían, ilustraban e imprimían. También compró un gramófono para inculcar el amor por la música y por el baile. Ninguno de ellos había visto nunca el mar y su maestro les prometió que en el verano de 1936 los llevaría a conocerlo en su tierra natal, Mont-roig del Camp, en la provincia de Tarragona. Mas no pudo cumplir su promesa: El 19 de julio de 1936, domingo, el maestro fue detenido y llevado a la cárcel Briviesca. Se le golpeó brutalmente. Ensangrentado y medio desnudo, fue paseado por las calles en una furgoneta descubierta para escarnio y advertencia. Y al anochecer de ese mismo día, fue asesinado en un cruce de caminos.
El tercer domingo de julio de 2021, 85 años después de aquel día terrible, el pueblo de Bañuelos le quiere rendir un emotivo homenaje en la escuela que hoy lleva su nombre, sobre cuya puerta hay un lema de aquel maestro ejemplar: “Respetemos al niño. Que sea niño y sienta, luego, la necesidad de ser hombre”.
A partir de ahora, una lápida roja dira: ANTONI BENAIGUES NOGUÉS MAESTRO DE NUESTRA ESCUELA. 'Nos dejó ser niños antes de ser hombres, nos enseñó el valor de la palabra, nos prometió el mar'.