Renovable o morir

Asturias

Les confieso que esta semana, con tanto ruido por los indultos y el final de las mascarillas, he descuidado mi lecciones sobre los nuevos términos energéticos. Uno, que tiene como buen asturiano en su ADN el carbón, ya lo dijo la ministra, reconoce que aún anda en zapatillas por este nuevo mundo industrial y todavía no entiende bien de qué me están hablando. Porque ya no es el i+d, ni siquiera el i+d+i que ya domino, ahora se trata de hablar de renovables, hidrógeno verde, CO2, descarbonización y economía circular con la misma seguridad de quien habla de la alineación del Sporting. Lo que parece seguro es que Arcelor va a seguir y eso ya es un alivio, porque el futuro de la 'fabricona' me tenía el corazón en un puño. Será más verde, aunque no se sabe aún a costa cuánta reducción de plantilla, aunque la empresa dice que no será traumática. Supongo que para ellos. Y el dinero para tanto cambio llegará en su mayoría de los fondos europeos. Ya sabemos que Asturias espera 6.500 millones para 170 proyectos, de los que el 90% pertenecen al sector de la economía circular, el almacenamiento energético, el hidrógeno, la digitalización, las renovables y la sostenibilidad. Ven lo importante de mi curso...Parece que llegarán tras el verano, si es que existe, porque el diluvio nos impulsa más hacia la construcción de un nuevo arca de Noé. Sin embargo, me entra una duda, y no solo a mí, sino que es compartida por la mayor parte del tejido empresarial: Con la actual tarifa eléctrica no vamos a ninguna parte. Y eso que la misma ministra que decía que las mascarillas eran caras por un IVA que no se podía bajar, y que la luz subía por los impuestos, resulta que ahora sí va a reducirlos en una pirueta política que se la admitimos y hasta aplaudimos si el recibo baja. No sé de dónde va a sacar el dinero, pero sus retruécanos me dejan más tranquilo. Ya saben, renovable o morir.