Hemos aprendido que el sistema de salud no puede permanecer de espaldas a quienes viven en las residencias

Jumilla

Una de las cosas más preocupantes durante la peor parte de la pandemia de la Covid-19 era la situación de las personas mayores, sobre todo viendo que estos eran los más vulnerables frente al virus y sobre todo teniendo en cuenta que no paraban de llegar casos con infinidad de brotes que procedían de las residencias dejando una situación especialmente dramática.

Viendo la complicada situación que se había presentado en la región había que tomar decisiones al respecto y la Consejería de Salud creó un organismo dedicado a dar soluciones actuando de manera generalizada y profesionalizada al respecto por lo que se contó con el doctor Abel Novoa, coordinador de Atención Sociosanitaria del Servicio Murciano de Salud para ponerse al frente de la Coordinación Regional Estratégica para la Cronicidad Avanzada y la Atención Sociosanitaria (Corecaas).

El doctor Novoa ha pasado por la sección 'A vivir salud' con el doctor José Martínez dentro del programa 'A vivir que son dos días Región de Murcia' para hacer valoración de todo lo que ha ocurrido en las residencias durante todos estos meses y poner en valor la situación actual en la que nos encontramos en estos momentos.

Según ha contado el doctor Novoa, el comienzo fue muy incierto ya que en apenas una semana se conformó un equipo de profesionales que apenas conocían como se comportaba el virus en una institución cerrada. Se tenía claro que era muy dramático en el coste de vidas, pero no se tenía muy claro como se podía aportar la transmisión, como se podía proteger a los residentes por lo que fue especialmente difícil al principio porque no se disponía de herramientas científicas ni tampoco logísticas por lo que hubo que ir aprendiendo sobre la marcha.

Al principio fue un desastre porque se hacía seguimiento por síntomas, separando al que si mostraban síntomas mientras que a las que no los tenían no se les hacía seguimiento con lo que no se cortaba la cadena de transmisión, lógicamente luego se supo que había que considerar a cualquier persona que fuera contacto directo y aislarlo, pero ello llevó un tiempo.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Abel Novoa ha explicado que en otros sitios la pandemia les azotó muy duro. Desde la primera ola en la región se pudieron ir preparando para que la segunda y tercera ola, a pesar de que golpeó muy fuerte, conseguir que en las residencias se pudiera frenar la propagación y los casos, aseverando que no hubo desasistencia en absoluto a los mayores.

El doctor, como valoración final, ha aseverado que como lección se puede extraer que "el sistema de salud no puede permanecer de espaldas a las personas que viven en las residencias que son personas muy envejecidas. En Murcia tenemos una ratio de plazas residenciales de mayores por cada 100 personas mayores de 65 años que es la más baja del país. Eso hace que se seleccione mucho a las personas que van a entrar en las residencias y al final acaban entrando las más mayores y las mas enfermas. Tenemos una edad media en la que mas del 40 % es mayor de 85 años; un 30 % mayores de 90 años y unos indicadores de dependencia de funcionalidad, de demencia muy avanzados. son enfermos muy graves y que necesitan una atención muy particular y de mucha calidad. Lo que requiere es hacer una actuación singular compensando la discriminación que ha tenido este colectivo, sanitariamente hablando, hasta antes de la pandemia y también compensar el daño desproporcionado que ha tenido esta población. En Murcia las personas mayores que viven en residencias no superan el 1,2 %, pero a esta población se ha visto afectada con el 30 % de los fallecidos.