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Memoria histórica

Gipuzkoa recupera del olvido a sus 80 deportados a campos nazis

Olano: "La maquinaria del Tercer Reich los quiso convertir en números pero hoy los recordamos con sus nombres y apellidos"

Vista de un uniforme de preso del campo de concentración de Buchenwald, este sábado en San Sebastián tras un acto de homenaje de la Diputación a los guipuzcoanos que fueron deportados. / JAVIER ETXEZARRETA (EFE)

San Sebastián

Transcurridos 76 años de la caída del régimen nazi y el final de la Segunda Guerra Mundial, las 80 personas de origen guipuzcoano que sufrieron hambre, enfermedad, torturas y muerte en los campos de concentración del Tercer Reich han sido desagraviadas hoy por sus conciudadanos de mano de la Diputación de Gipuzkoa.

Una parte de estos guipuzcoanos, fugitivos del franquismo, fueron trasladados a los campos en la fase inicial de la Segunda Guerra Mundial tras ser hechos prisioneros en el frente occidental, mientras que el resto fueron internados con el conflicto ya avanzado, al ser arrestados por su implicación en acciones de resistencia en la Francia ocupada.

Este sábado, la Diputación de Gipuzkoa ha rendido un sentido homenaje a todos ellos en un acto solemne, el primero de estas características que reciben en su tierra de origen, y que ha servido para recuperar del olvido los horrores que se vieron obligados a vivir en lugares de siniestro recuerdo como Mauthausen, Buchenwald o Dachau, donde muchos de ellos perdieron la vida.

En el acto de reconocimiento, que ha contado con la actuación musical de Iñaki Diéguez, han participado también los investigadores Etxahun Galparsoro, autor del estudio sobre la deportación de los vascos a los campos de Tercer Reich, y Florentino Mariñelarena, miembro del colectivo "La Ilusión".

"Queremos romper el silencio y reivindicar la memoria de los guipuzcoanos que sufrieron el horror nazi", ha afirmado el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, durante el homenaje, celebrado en la sede del Palacio Foral, en San Sebastián, ante familiares de 27 de aquellas 80 víctimas del nazismo.

"Ochenta nombres con sus apellidos, personas con familiares y seres queridos, con sus ideales y sus proyectos de vida. La maquinaria del Tercer Reich los quiso convertir en números, como si eliminando sus nombres les despojaran de su dignidad como personas, pero hoy los recordamos con sus nombres y apellidos", ha señalado el diputado general.

Unos guipuzcoanos que además de vivir en primera persona el horror nazi, sufrieron luego "el castigo añadido de la falta de memoria", ha añadido Olano, quien ha explicado que con este homenaje la Diputación pretende ahora "poner su grano de arena para romper ese silencio y reivindicar su memoria".

"El ejercicio de la memoria histórica -ha añadido- supone devolver a estas personas sus nombres y apellidos, reivindicar su memoria y, al mismo tiempo, contribuir al desarrollo de una cultura democrática verdadera en nuestra sociedad".

"En uno de los episodios más oscuros de la historia de Europa, aquellas personas padecieron directamente el azote del totalitarismo. Algunos ya se habían enfrentado a la dictadura que se alzó al poder en España a través de las armas. Más tarde trataron de escaparse de las garras de la Alemania nazi, pero no lo consiguieron. En todos los casos, tuvieron enfrente a quienes trataban de erradicar la convivencia y la democracia de nuestra sociedad", ha resumido.

El máximo mandatario guipuzcoano ha asegurado que muchos de estos deportados llegaron a darlo "todo" en su lucha a favor de los ideales democráticos, tanto en la guerra para frenar el golpe de 1936 en España, como en el frente occidental ante los nazis o más tarde en las redes de la resistencia.

Una coyuntura que, como ha recordado, abocó a la muerte a muchos de ellos, tanto en los viajes hacia los campos como en los tránsitos entre diferentes centros de internamiento, así como por las "inhumanas" condiciones de vida y las interminables jornadas de trabajo que les fueron impuestas, al punto de que algunos de los supervivientes fallecieron tan sólo unos meses después de ser liberados.

"Y quienes sobrevivieron no pudieron regresar a Gipuzkoa, por miedo a caer bajo las garras de la dictadura franquista", se ha lamentado Olano, quien ha desvelado que todos ellos tuvieron que sufrir además "un segundo castigo. Más silencioso, quizá, pero doloroso, al fin y al cabo, como fue la falta de memoria", ha dicho.

"Una venganza póstuma de sus captores, más evidente a este lado de la frontera, en la que el silencio y la represión seguía imponiéndose hacia los perdedores de la guerra de 1936", ha recalcado Olano.

"El acto de reconocimiento de hoy ha tenido como objetivo precisamente romper y acabar con ese silencio". "Hoy día, cuando los populismos xenófobos y la ultraderecha vuelven a extenderse sin complejos en nuestra vieja Europa, es necesario combatir la indiferencia", ha concluido el máximo mandatario guipuzcoano.

 
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