EBAU

Asturias

Conociéndoles algo, a Manuel Vicent y a Juan Mayorga, maldita la gracia que les habrá hecho, al segundo repetir una vez más y al primero, por primera vez, ser examen de la prueba de la EBAU de este año, ayer mismo, de la Universidad de Oviedo. Menuda maldición de novelista y dramaturgo es esa. Di tú que les acompañaban el gran Luis Martín-Santos y los del Modernismo y Fin de Siglo que ya tienen callo anquilosado en esto. Al que igual le parece bien, hasta ahí ya no llego, es al director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, que completaba la trampa esa de los porcentajes y las medias para los bachilleres asturianos, aspirantes a universitarios.

En este tiempo de evaluaciones y oposiciones, el texto de Vicent, una columna de esas suyas brillantes, afinadas siempre de 'El país' de los domingos en Última, es una reflexión, digamos, metalingüística, sobre el sentido de la EBAU, las evaluaciones y las oposiciones. Si al final tiene razón, que la tiene, el de La Vilavella, apoyada entre la sierra del Espadán y los campos de naranjos hasta el Mediterráneo en Nules, es más que probable que a estas alturas esos chicos y chicas que sin volver a los 17 tienen 17 o menos ignoren los cuarto puntos cardinales porque les obligamos a ello. Y excuso decir la dificultad extrema de ese mundo entreverado de realidad, deseo y ficción de 'El chico...' de Mayorga. Por cierto, hay una versión del sobresaliente Andrés Lima con los no menos talentosos Alberto San Juan y Guillermo Toledo encabezando el elenco y un asombroso escenario de Beatriz San Juan que la pandemia nos impidió ir a ver al María Guerrero. Lo digo por si algún programador se anima. La obra es un clásico en la EBAU de Asturias.