Un rebaño de 1200 de cabras y ovejas colapsa el centro de Peal de Becerro
Los ovinos se desviaron accidentalmente en su paso por la mesta hasta Hornos de Peal
El rebaño de 1200 ovejas concentradas en la plaza del Ayuntamiento / MJBAYONA
Cazorla
Un rebaño formado por 1200 ovejas y cabras se convirtió en la más curiosa estampa de este jueves 3 de junio en Peal de Becerro. Los animales realizaban su ruta trashumante entre el Cortijo de las Monjas donde habían estado pastando y la aldea pealeña de Hornos.
En el trayecto de la Mesta algunas se desviaron, y como es lógico todas las siguieron hasta el centro del municipio donde se concentraron en plena plaza del ayuntamiento.
El rebaño colapsó las calles mas céntricas del municipio / MJBayona
El rebaño colapsó las calles mas céntricas del municipio / MJBayona
Eran las ocho y media de la tarde y a esa hora terrazas de bares y heladerías estaban llenas de gente, que rápidamente tuvieron que levantarse ante tal invasión de corderos.
“Parecía una manifestación todas amontonadas junto al ayuntamiento”, comenta el alcalde David Rodríguez, que en ese momento se hallaba celebrando una reunión en la casa consistorial. “Escuché el barullo de la gente y los cencerros de las ovejas y no daba crédito a lo que veían mis ojos”, comenta divertido.
Hasta el propio alcalde se incorporó a las labores de limpieza de las calles / MJBayona
Hasta el propio alcalde se incorporó a las labores de limpieza de las calles / MJBayona
Lo cierto es que los animales allí arremolinados no mostraban intención alguna de continuar el camino y fue un poco difícil convencerlas de continuar hacia su destino.
La calle quedó plagada de excrementos ovinos / MJBayona
La calle quedó plagada de excrementos ovinos / MJBayona
Pero la segunda parte de esta historia es que a continuación fue necesario poner en marcha el servicio de mantenimiento y limpieza municipal en el que participó como uno más el primer edil para limpiar los abundantes excrementos que el enorme rebaño había ido dejando a su paso.
De todas formas, y como comenta David Rodríguez, la anécdota mereció la pena. “Las zonas rurales ha dejado de ser lo que eran porque queremos compararnos a las ciudades y estas tradiciones del paso del ganado merecen ser protegidas”, comenta convencido de que este tipo de costumbres “habría que ponerlas en valor y permitir que el paso del ganado fuera por el centro del pueblo”, ha explicado.
