Asturias, dueña de su destino

Asturias

Muy buenas tardes y felicidades, sí, sí, felicidades, aunque a algunos de ustedes les suene extraño y más a los sportinguistas que desde anoche tenemos el corazón en un puño y vivimos pendientes del acierto de Djuka y del Lugo otra vez. La historia se repite, espero que con el mismo final. Pero hoy les felicito porque los asturianos celebramos el 25 de mayo, día en el que conmemoramos que hace 213 años la Junta General del Principado declaró la guerra a Napoleón Bonaparte. Y aquello, fue "memorable y glorioso", como hoy recordaba nuestro presidente Adrián Barbón. Y es que la historia de Asturias es muy grande, y justo me parece que sus hitos no permanezcan en el olvido. Pero hoy el rival no es el genocida corso, autocoronado emperador en la catedral de Notre Dame. Nuestro enemigo es la pandemia, el paro y la despoblación. Tres duros rivales a los que debemos enfrentarnos con la misma valentía y entereza que hicieron nuestros antepasados con el invasor francés. Por eso, conmemorar este hecho debe ser tan importante como motivador ante los retos a los que nos enfrentamos. La industria atraviesa uno de los momentos más delicados de los últimos años, al sumar a la crisis del coronavirus las políticas de Teresa Ribera, que se ha convertido en una pesadilla. Por si fuera poco, más de 9.000 asturianos están en riesgo de quedar sin prestación por cese de actividad el 1 de junio y las restricciones de la pandemia aún merman nuestra hostelería y hotelería, que miran al verano con la esperanza de recuperar la normalidad. Al menos, la vacunación va viento en popa, Asturias lidera todos los ranking nacionales y nuestro Paraíso es más Paraíso que nunca. Y no quiero despedirme sin darles una nueva felicitación: el precio de la luz bajará dos euros desde junio. Chapeau para nuestras ministras. Con esas iniciativas, recuperar la confianza en el Gobierno de Pedro Sánchez y mirar el futuro con tranquilidad y sosiego resulta más fácil. Pues eso, felicidades para todos.