Otro Lunes de Pentecostés sin la Virgen

Jerez de la Frontera

Segundo lunes de Pentecostés con la aldea huérfana de la Virgen. Esta mañana no despuntaban en el rostro de la Patrona de Almonte los rayos del sol. Sólo el sonido de las golondrinas y el chorro de agua del “Pocito de la Virgen” nos recordaban esa estampa. La Virgen del Rocío tampoco ha llenado este año de gentío la esplanada. No pasó por la primera Hermandad, la de Huévar, al inicio del recorrido oficial. No llegó a Coria, ni a Triana, tampoco a Sanlúcar de Barrameda. Ni entró en la casa de las camaristas. Ni siquiera pasó por Huelva antes de desembocar en ‘el acebuchal’ para recibir a los Simpecados de tantas hermandades.

Nada de nada de esto está ocurriendo este lunes de Rocio nuevamente atípico pero lleno de esperanza. La Virgen no ha enfilado la calle Almonte para visitar a Jerez. Este año se ha vuelto a ausentar de la calle mas estrecha. No ha habido despedida de la Hermandad de Moguer antes de culminar su recorrido visitando Almonte.

Pero la Virgen, el Rocio de Esperanza sí está. Está en la parroquia de la Asunción de la Villa de Almonte. Preciosamente engalanada. Y nada más abrirse las puertas de la Iglesia, a las ocho en punto, allí estaban aguardando un buen número de fieles con las alforjas llenas de peticiones y de gracia. Enchidos de esperanza para que pronto volvamos a ver pasar sobre sus andas a la Reina de las Marismas y escuchar el silencio del murmullo que se forma debajo de su manto y media luna en esa lucha por llevar en los costeros a la Blanca Paloma.

¡ Viva la Madre de Dios ! Que Viva la Virgen del Rocío!