La regasificadora de Gijón, sin plazos ni usos definidos

Gijón

La regasificadora de El Musel, sin plazos ni usos definidos para empezar a operar. Durante una visita a las instalaciones portuarias de Gijón, el presidente de Enagás aseguró que la tramitación de la planta, ya construida desde 2012, sigue su curso y que la autorización administrativa determinará el aprovechamiento de un proyecto que no renuncia a la que está considerada como mejor alternativa a los combustibles fósiles actuales: el hidrógeno limpio. 

La planta que esta compañía terminó de construir hace ocho años está un paso más cerca de abrir tras la aprobación del estudio de impacto ambiental, pero queda trabajo por delante. Los usos que tendrá dependerán de la autorización administrativa, que es uno de los trámites pendientes. En este punto, el presidente Marcelino Oreja dijo que "aún no hay nada definido" y ya avanza que será necesario adecuar la planta después de años en estado de hibernación. 

Este proyecto fue concebido inicialmente para la recepción de gas natural licuado, pero ahora Enagás y Naturgy han formado una alianza para convertir El Musel en un gran polo exportador de hidrógeno verde a Europa, objetivo para el que la regasificadora juega un papel esencial. El consejero de Industria, Enrique Fernández, defiende el potencial de la región para su desarrollo como combustible del futuro. 

Con una inversión de 380 millones, la instalación gijonesa nunca ha estado operativa porque, primero, el Gobierno central entendió que no existía demanda suficiente de gas natural para ponerla en funcionamiento, y después fue declarada ilegal por la justicia al encontrarse a menos de 2.000 metros de un núcleo de población. Los trámites para legalizarla continúan, sin fecha aún para operar.