Obras son amores y no buenas palabras

Lorca

PERSPECTIVA

La reciente adjudicación de la redacción del proyecto del ferrocarril para Lorca, me ha recordado mi época de estudiante en la que cogía el tren a diario para ir a la Universidad pues opté por ir y venir ya que sólo tenía a clase por las mañanas y era una opción que finalmente asumí y fue la que me permitió desplazarme durante 7 años, 5 para la carrera de Derecho y dos para Ciencias Políticas.

Huelga decir que durante todo ese tiempo de uso diario del tren, fui adquiriendo alguna idea y experimenté en primera persona sobre su funcionamiento y su evolución en ese lapsus temporal más que respetable para sacar conclusiones.

Lo único cierto es que el tren parecía inmovible durante todo ese tiempo, con sus reiterados retrasos o roturas pero con la única excepción del cambio de las vetustas traviesas de madera por un anclaje de hormigón y hierro sobre la que se depositan los railes. Los coches de ferrocarril han sido sustituidos por otros trenes oriundos de Autonomías con ciudadanos de primera y que no han reducido el tiempo de traslado de Lorca a Murcia, por ejemplo en más de 30 años.

Por el contrario, pasan los años, y lo único cierto, son los continuos titulares sobre el AVE en particular, olvidando el tren de uso diario, cercano y necesario para vertebrar la región e implementar políticas sostenibles como es poder moverse de modo rápido y eficaz por la geografía regional para estudiar, para trabajar, para sencillamente vivir.

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Sólo tenemos palabras y el tiempo pasa con la discusión de kms de soterramiento que no llega, o con anuncios como aquel concejal, de cuyo nombre no quiero acordarme -hoy 23 de abril día del libro me lo permita el ilustre Cervantes- nos lanzó poner un tranvía por la actual ubicación de la vía del tren en la ciudad.

Al final nos distraen, y los políticos siguen cobrando de lo público, o cobraron en su momento, pero a HECHOS, ninguno; ya lo dice Las Santas Escrituras: Obras son amores y no buenas palabras.

Luis Torres del Alcázar.