Jesús Arbués: "El discurso de odio"

Huesca

Contaba el dramaturgo alemán Bertolt Brecht que oyó hablar a Hitler en sus inicios. Proclamaba entonces veinte cuestiones en contra de los judíos y las iba enumerando, con contundencia, una por una. Parece ser que el discurso no era muy brillante y que a partir de la cuestión nueve se saltaba varias, y en algunas cuestiones ni siquiera hablaba de los judíos. Lo que realmente asombró a Brecht fue la penetración del mensaje emocional en la gente, la fascinación ante ese discurso el odio. La historia nos enseña, nos ha enseñado, la capacidad del ciudadano para convertirse en un hooligan político y un hooligan es incapaz de ver los errores del equipo ni de entender al árbitro.

En estos días, el 23 de abril, cuando se honra a lo mejor que ha dado este país, -atención patriota, que lo mejor que ha dado este país al mundo es un simple libro sobre un loco- también se ventila en Madrid, rompeolas de todas las Españas, no quién gana unas elecciones, que eso ya aparece secundario, sino el número real de gentes que se han echado al monte del enfrentamiento sin concesiones, de la polarización contumaz, de la negación del otro, y que renuncian a un posible marco de convivencia donde todos debamos ceder algo para vivir sin representar eternamente el duelo a garrotazos del maestro Goya.