Escuelas de democracia
El economista y asesor de empresas, Doroteo González, reflexiona sobre el movimiento vecinal

Doroteo González, economista y asesor de empresas / Radio Palencia

Palencia
La entrega del “Cristo de la Tristeza” a todo el movimiento vecinal de Palencia muestra sin duda alguna un valor que no está de moda, el de la autocrítica. Sabemos que los movimientos que impliquen a sectores amplios de la sociedad son difíciles de mantener movilizados por tiempo indefinido. Pero en ningún caso los colectivos concernidos podemos permitirnos asumir o aceptar la gestión municipal cuando afloren errores, omisiones o falta de iniciativa, y mucho menos mirar hacia otro lado cuando se den circunstancias así.
Es una pena que la Constitución Española no reconociera específicamente el interés público de las asociaciones de vecinos, cuando ellas fueron escuelas de democracia. Aunque para una profunda revitalización del movimiento vecinal habría que buscar en sus orígenes, allí donde primaba la implicación y participación personal, allí donde se dignificó la toma de conciencia ciudadana.
Buena semana y cuídense mucho.