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Ávila y Los Comuneros

Serafín de Tapia: "Se ha subestimado la importancia del movimiento de Los Comuneros"

Con motivo del V Centenario de la derrota de Villalar, y con el patrocinio del Ayuntamiento de Ávila, repasamos el papel que Ávila jugó en aquella revuelta que quiso limitar el poder del rey

Serafín de Tapia: Avila y Los Comuneros

Serafín de Tapia: Avila y Los Comuneros

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Ávila

El próximo 23 de abril se cumplirán 500 años de la batalla de Villalar que supuso la derrota de la revuelta de Los Comuneros, un movimiento de oposición al entonces rey Carlos I promovido por la nobleza y la incipiente burguesía que querían controlar el poder del monarca. 

Aquel movimiento social y político tuvo importancia no solo en España sino a nivel europeo e incluso mundial, pero su transcendencia que ha sido subestimada, a juicio del historiador Serafín de Tapia, autor de "Ávila en la encrucijada de Castilla. La rebelión de las Comunidades" que forma parte del Tomo IV de la Historia de Ávila publicado por la Institución Gran Duque de Alba.

"Hubo un conjunto de reivindicaciones, de deseos, que venían de muy atrás y que explican ese movimiento. Lo más importante era la voluntad de las Cortes de limitar el poder del rey, con la idea de que los gobernados tenían que ser oídos", explica Serafín de Tapia. Había reivindicaciones políticas, administrativas y económicas que coincidían con un momento de cambio en la monarquía española, con la llegada del joven rey Carlos I, hijo de Juana 'la Loca' y Felipe 'el Hermoso', primer rey de la dinastía de los Austria.

EnÁvila en los años previos había habido bastantes conflictos entre familias nobles que estaban enfrentadas entre sí, También entre los nobles y la naciente burguesía que quería tener más protagonismo. Incluso había un duro enfrentamiento entre la jerarquía eclesiástica y el corregidor de la ciudad. Y en ese contexto llegó la revuelta de Los Comuneros.

Ávila fue sede de la primera reunión de ese movimiento que comenzó en Burgos y Toledo. Aquí se constituyó el 1 de agosto de 1520 la llamada Santa Junta. En esas primeras reuniones, que se celebraron en una de las capillas de la Catedral, no había representación oficial de esta ciudad, pero sí hubo personajes ilustres que a título personal participaron en ellas. En septiembre la Santa Junta se trasladó a Tordesillas y ya sí hubo representación oficial de Ávila entre los integrantes.

Aquí se redactó La Ley Perpetua, un documento que tenía como objeto limitar el poder del rey, y que se adelantó en 200 años a algunos de los postulados que se recogieron en las constituciones que se aprobaron tras los movimientos revolucionarios de las colonias norteamericanas y de Francia.

Entre los comuneros hubo también abulenses cuyos nombres no son tan conocidos como los de Bravo, Padilla y Maldonado. El historiador Serafín de Tapia recuerda que dos de los tres emisarios enviados a Alemania para comunicar al emperador las reivindicaciones eran de Ávila, Sancho Sánchez Cimbrón y Antón Vázquez Dávila. Uno de los jefes militares fue Pedro de Barrientos mientras que el deán Alonso de Pliego financió gran parte del armamento de las milicias abulenses.

Serafín de Tapia participará en mayo en un congreso con motivo del V Centenario del Movimiento Comunero en el que hará un análisis sociológico de casi doscientos comuneros abulenses, quiénes eran y a qué se dedicaban.

Cuando el movimento fue derrotado en Villalar, el emperador Carlos V amnistió a los participantes en la revuelta, excepto a 283 que se habían significado especialmente, de los que 22 eran de Ávila.

 
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