No, no es lo mismo
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Comentario Ana Castaño 16.04.21
02:00
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Asturias
Con frecuencia he escuchado decir que un monarca o un presidente de la república, viene a ser prácticamente lo mismo.
Pues no, no es así. Son muchas las diferencias. Veamos algunas:
No hay ninguna garantía de que un Presidente tenga un conducta intachable, pero si comete algún delito es juzgado y condenado. Miren a nuestros vecinos: Nicolás Sarkozy ha sido declarado culpable de los delitos de corrupción y tráfico de influencia y condenado a tres años de prisión. Que diferencia con lo que está sucediendo con la implicación del rey emérito en negocios nada ejemplares. Ah, ¡claro! que dice la Constitución que la figura del rey es inviolable.
Un presidente o una presidenta, como cualquier cargo público, debe declarar sus bienes y su patrimonio. Así conocemos el patrimonio del Pedro Sánchez, les invito a que busquen esa misma información del monarca, no la encontraran. Desconocemos los bienes e intereses de la familia real porque no está obligada a hacerlos públicos.
El Presidente es remunerado y goza de protección oficial, al igual que su familia directa. Aquí con nuestros impuestos se paga, que sepamos, la seguridad de los eméritos, hermanas, cuñado y sobrinos...
Hay muchas otras diferencias pero la más significativa es que a la presidencia se accede, generalmente, después de una dilatada vida pública y a través de la voluntad popular, el monarca, en cambio, accede al trono porque ha nacido en una familia determinada sin que su capacidad y conocimientos tenga nada que ver con ello.
No, que no es lo mismo....
Un presidente o un monarca solo se parecen en una cosa: su sangre es roja.
Tampoco es lo mismo que una calle de Xixón se dedique a Juan Carlos I que al primer alcalde de esta etapa democrática José Manuel Palacios ¡¡Bienvenido sea el cambio!!