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Cuando la decisión está entre pagar la medicación o comer

La precariedad acrecentada ahora por la pandemia está provocando que cada vez sean más los pacientes que no pueden pagar la medicación recetada y pautada por su médico

Enfermos crónicos, que sufren dolores, cardiopatías, migrañas o que podrían mitigar los efectos de la quimioterapia dejan la medicación porque no pueden pagarla

Asociaciones como la Incolora costean la medicación de una treintena de vecinos de Villaverde Alto gracias a la solidaridad de los vecinos

Farmacia, medicamentos. / I_VIEWFINDER / RAPISAN JOHN - Archivo (EUROPA PRESS)

Farmacia, medicamentos.

Madrid

Jessica tiene 46 años. Hace dos que está en paro, justo cuando empezaron sus problemas de salud. El diagnóstico no era bueno, cáncer de pulmón que ha derivado en metástasis. Tratamiento de quimioterapia en el Hospital Doce de Octubre y medicación para ayudar a combatir los dolores o las nauseas que le provoca la quimio. Medicación pautada y con receta médica con un coste medio de 90 euros mensuales. Hace algún tiempo que se acabaron los ahorros y el Salario Mínimo Vital no llega.

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Sobrevive vendiendo por Wallapop ropa y algún bolso que como capricho se compró cuando las cosas iban bien. Vive de alquiler en un piso de Villaverde que no paga porque su casero sabe por lo que está pasando. Ella puede medicarse ahora porque la Asociación Vecinal 'La Incolora' se lo paga.

Todo se centraliza en una farmacia que está cerca de la asociación, en Villaverde Alto, barrio obrero de Madrid. Hasta allí se acercan cada mes una treintena de vecinos que están en una situación parecida a la de Yessica, aunque Javier Cuenca, quien coordina el programa reconoce que son muchos más los que no se atreven a pedir ayuda.

La farmacia de Mari Ángeles Pérez Romero les dispensa los medicamentos que luego paga 'La Incolora' gracias a las aportaciones que le llegan de los propios vecinos del barrio. Medicamentos para Jessica, o para Leyre, que sigue esperando el Salario Mínimo Vital que supondría también la gratuidad de los medicamentos en los que se tendría que gastar un mes con otro cien euros.

La mayoría en su caso son calmantes por los dolores y la falta de movilidad que le provocan a sus 36 años las tres hernias discales que la llevarán al quirófano. Dos años en lista de espera y otros tantos en paro. Trabajaba de camarera en un hotel y sus problemas de movilidad provocaron su despido.

Son solo dos ejemplos de una realidad que sigue oculta por una vergüenza mal entendida, pero muy visible en las farmacias cuando después de preguntar cuánto cuesta, responden con un "no me lo llevo ahora, no me viene bien". "Hay veces que la gente tiene que mirar mucho, si se puede llevar el medicamento. Aguantan dolores o los vómitos que les provoca la quimio porque no lo pueden pagar". Y eso, se lamenta Mari Ángeles, "lo estamos viendo cada vez con más frecuencia"

Tratamientos pautados por el médico para enfermedades crónicas, cardiopatías, tumores o migrañas. Medicinas que deberían tomarlas para mejorar su enfermedad o calmar los síntomas, pero que no pueden pagar.

 
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