Casta y caspa

Asturias

Los eruditos que nos gobiernan quieren dejar su impronta en los anales de la educación nacional. Llevamos décadas cambiando las leyes de Educación y los estudios universitarios, que el asunto ya no supera la prueba del algodón, y ya saben, el algodón no engaña. El caso es que ahora han decidido que la enseñanza dejará de ser memorística, para centrarse en contenidos esenciales de la vida diaria. Habrá un saber básico y uno deseable. No sé si esta absurdez se llevará a todos los extremos, es decir, distinguiremos un coche, como vehículo en el que te puedes mover, pero dejaremos de lado memorizar las señales de tráfico. Y el caso es que todos estos cambios los impulsan personas que no saben contar mascarillas, ni vacunas, que confunden a Gravina, Churruca y Cervera, tres héroes nacionales, con militares franquistas; o ese ministro de Universidades que confunde a Clarín, con su hijo y habla del escritor fusilado, cuando el ajusticiado por el fascismo de la forma más injusta fue el rector de la Universidad. Este es el nivel del ministro y su conocimiento de la historia. Este es el conocimiento del representante de Podemos, el personaje que logra compatibilizar sus ideas extremistas de izquierda con un fortunón en esos bancos tan malos que nos roban por la noche lo poco que logramos ahorrar durante el día. Es un drama estar regidos por esta gente, casta y caspa. Y uno, católico practicante, también se inquieta cuando oye a nuestro arzobispo Jesús Sanz Montes decir en la homilía del Domingo de Ramos que las medidas derivadas de la pandemia tienen calado político. Mira que hay temas para tratar, debatir, impulsar, y hasta para pedir perdón. Pero ahí estamos, dando la nota, fuera de sitio y de contexto, creando otra polémica estéril, de las que solo sirven para dividir. El PSOE le recuerda que ni fue elegido en las urnas ni tiene competencias sanitarias. Lo que uno no tiene claro, por desgracia, es si Sanz Montes hubiera sido mejor ministro de Sanidad que Illa o un profeta más acertado que Fernando Simón.