Los orígenes de la Semana Santa de Córdoba

Procesión de la Hermandad de las Angustias, año 1960 / Archivo Municipal de Córdoba

Córdoba
El origen de las hermandades y cofradías de Córdoba se remonta a la conquista de la ciudad por parte del Fernando III, cuando Córdoba pasa de ser una ciudad musulmana a una ciudad cristiana "con una vida religiosa que giraba en torno a las iglesias y las cofradías" tal y como nos cuenta en Hoy por Hoy Córdoba el historiador Manuel García Parody. Su naturaleza, nos cuenta el historiador era muy variada: "las había penitenciales, hospitalarias, de caridad o gremiales". En aquella época, las cofradías realizaban una labor asistencial muy importante que compaginaban con el culto a la imagen de su titular, "lo que dio origen a las primeras procesiones".
Lujo católico frente a la austeridad luterana
En el siglo XVI, Córdoba contaba con 17 cofradías (la mitad de las que hay actualmente), bajo el impulso del Concilio de Trento que "frente a la austeridad luterana apuesta por la teatralidad, el lujo y el esplendor de la liturgia católica". En aquel siglo, recuerda Parody, "la mayoría de las hermandades radicaban en conventos, como ocurría con Los Franciscanos, La Merced o Los Dominicos, que se completaban con aquellas que estaban vinculadas a hospitales, como la de Jesús Nazareno, o la Hermandad del Crucifijo, en la Magdalena".
En el siglo XVII, el Barroco alcanza su plenitud y, "lo que eran hermandades sencillas empiezan a llenarse de lujos e imágenes portentosas como la de Las Angustias de Juan de Mesa".
El Obispo Trevillo prohíbe la Semana Santa en 1820
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Historia de la Semana Santa de Córdoba. Con Manuel García Parody
En 1688 el Cardenal Salazar prohibió los cubrerostros lo que, recuerda Parody, "llevó a la Hermandad del Nazareno a negarse a procesionar". En el siglo XVIII nacen algunas de las hermandades más representativas de Córdoba, como Los Dolores o El Caído. En 1820 el Obispo Trevilla prohibió la Semana Santa "al entender que el espíritu religioso había desaparecido".
Sin embargo, recuerda nuestro historiador, el gran auge de las hermandades se produce a mediados del siglo XX, "coincidiendo con los primeros años de la posguerra civil en pleno nacional catolicismo".
El último gran hito de la Semana Santa se produce en los años 70 del siglo pasado con la aparición de los costaleros, lo que le dio un "gran impulso popular a la fiesta, sobre todo entre los más jóvenes".