La Semana Santa en la que rezamos a la virgen de AstraZeneca

A Coruña

Y pensábamos que duraría una temporada y ya van dos semanas santas... atípicas. Nunca fueron demasiado santas para la mayoría de los mortales. No obstante, los pasos salían a la calle y los días se pasaban entre comidas, cenas, días festivos y alguna siesta o saeta de fondo, aunque fuera en la televisión. Pero no, esta tampoco toca.

Poco a poco nos vamos vacunando y hoy le rezamos a la virgen de AstraZeneca, cuya visión sólo han experimentado aún unos pocos creyentes. Hoy la penitencia de los pies descalzos se cambia por la del tubito en la nariz y las cadenas se han quedado enganchadas a modo de mascarilla diaria.

La semana santa de Ferrol nunca fue tan silenciosa y sus fieles dirán que si las feministas se pueden manifestar por qué no hacer unas columnas de creyentes, manteniendo distancias. En A Coruña, poca tradición, con todo el respeto para la Ciudad Vieja. Y en A Costa da Morte verán procesiones, sí, pero de turistas. El rural es el nuevo Cristo del Santo Entierro y aunque dejará algo de dinero allá donde vaya, no se convertirá en redentor ni llegará para resucitar el domingo a ningún hostelero en este campo de los Olivos convertido en crisis económica.

Santos los que esperamos, los que aún tenemos esperanza y los que llegados a este punto vamos a ponernos el capirucho de la precaución. Por cierto, para devoción la que ha generado la santísima Inditex. En este viernes, las colas para besar al santo se las ha llevado Zara Home. ¿En donde se dan los croques?... pregúntenselo a alguna influencer.