El 40 % de las ayudas covid de Cáritas en Alicante se ha destinado a empleados en ERTE y de economía sumergida
La entidad ha atendido a 40.000 personas en situación de vulnerabilidad a lo largo de 2020

De izquierda a derecha: Javier Ruvira, el obispo Jesús Murgui y Víctor Mellado / Obispado Orihuela-Alicante

Alicante
Un año de pandemia está pasando factura a toda la sociedad, pero especialmente a los más vulnerables y desprotegidos. Doce meses que han obligado a Cáritas Diocesana de Orihuela-Alicante a centrarse en la "urgencia inmediata". Solo en los tres primeros meses del estado de alarma atendieron a 9.060 familias, cuando la media anual son 12.000 y en todo este tiempo ha distribuido más de un millón de euros en ayudas directas específicas. Son las conclusiones de la 'Memoria 1 año de Covid'.
Pero Cáritas lanza una advertencia: "esto no ha terminado", en los próximos meses habrá que seguir centrando los esfuerzos para paliar las consecuencias sociales de la "grave crisis social y económica". En este tiempo han atendido a 40.000 personas en toda la provincia en situación de vulnerabilidad, muchos "no venían antes".
El 40 % de quienes han acudido a Cáritas son personas en ERTE o que trabajaban en la economía sumergida. Sobre todo aquellas personas de sectores del turismo. Lo han notado especialmente en Cáritas de Calp y Benidorm.
También lo han pasado especialmente mal los inmigrantes que llegaron al principio de la pandemia a nuestro país, que no pudieron buscar trabajo y que igualmente tuvieron que tirar de unos ahorros que pronto se agotaron.
Para hacer frente a gastos diarios como pago de recibos o ir a la compra Cáritas ha destinado ese 1.000.736 euros, cuatro veces más que cualquier otro año, según Javier Ruvira, secretario general.
Ahora, los esfuerzos se centran en potenciar el área de empleo y los servicios de orientación, formación e inserción en el mercado de trabajo con la mirada puesta en atajar un nuevo factor de exclusión, muy evidente durante la pandemia: la brecha digital que dificulta la búsqueda y el mantenimiento de trabajo o a la Renta Valenciana de Inclusión o el Ingreso Mínimo Vital.
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Javier Ruvira: "La brecha digital también ha sido un problema para muchos ciudadanos y es factor de exclusión"
Igualmente las personas en contexto de prostitución, trata, violencia machista o desigualdad han visto aumentadas su vulnerabilidad económica y social en 2020 y si algo "positivo" ha traído esta situación, destaca Ruvira, es que ha demostrado que las administraciones han sido capaces de coordinarse para cobijar a los sintecho que por ley no podían estar en la calle durante el confinamiento.