Daniel López Acuña: "El pasaporte COVID no va a poder certificar la posibilidad de no ser infectante"

Asturias

La polémica generada en torno a la vacuna de AstraZeneca requerirá "mucha pedagogía". Es la conclusión de Daniel López Acuña que defiende la eficacia y seguridad de la profilaxis británica. Acuña ha recordado que, además de España, países como Francia, Alemania o Italia "por precaución y prudencia" decidieron suprimir la vacunación la semana pasada ante episodios de trombosis, pero donde no existía una relación. "Ahora la Agencia Europea del Medicamento ha corrobado la seguridad de la vacuna y no son episodios que puedan asociarse a la vacuna y además con una frecuencia que es, incluso, inferior a la población en general". El epidemiólogo ha reconocido que "hay un precio por haber sido prudente, haber disminuido el ritmo de vacunación durate una semana, casi dos. Ahora hay que retomar ese ritmo, hay que reanudar la vacunación y, sobre todo, desarrollar una pedagogía muy clara para que se comprenda que estamos ante una vacuna, segura, eficaz y que puede retomarse con ella el proceso de vacunación". 

Sobre las predicciones del matemático Javier Álvarez que fijaba la inmunidad de rebaño para Asturias en 2022 o España en 2023, Acuña ha recordado que "la realidad va a ser que por la insuficiencia de vacunas y el ritmo que todavía no es el que quisiéramos para llegar a la meta del 70% a finales del verano, se retrase en alguna medida", aunque el exdirectivo de la OMS descarta que se llegue a 2022 0 2023. Para él, los verdaderos pronósticos se podrán hacer a partir de abril "con Janssen, AstraZeneca y dosis incrementadas con Pfizer y Moderna. Lo que tenemos que decir es que, a medida que tengamos suficientes vacunas, haque vacunar a un ritmo acelerado y trataremos de llegar al máximo de inmunidad hacia el final del verano, pero podemos ir un poco más a llá si no podemos apresurar el ritmo estos meses". 

Durante su análisis en La Ventana de Asturias, también ha opinado sobre el pasaporte COVID, "un concepto que todavía no está bien fundamentado aunque lo haya presentado la Unión Europea". Para Acuña, entre los problemas que presenta, "no va a poder certificar la posibilidad de no ser infectante o poder generar contagio o haber sido vacunado". El epidemiólogo se muestra en línea con la postura del Principado y cree que "en función de su uso puede propiciar discriminación ya que no todo el mundo ha tenido acceso a la vacuna. Aplicar un concepto como un pasaporte que sea un salvoconducto no tiene mucho sentido".