No hay nadie al volante

Valencia

Si la mayor transacción del fútbol mundial se alarga mucho en el tiempo, acabaremos todos para diván. En el mejor de los casos. Porque díganme cómo se explica que Peter Lim se cargara el proyecto que era la envidia de Europa después de ser campeones de Copa del Rey y que ahora tengamos que tragarnos este Valencia infumable de Javi Gracia que ha encadenado tres ridículos consecutivos en Madrid, Getafe y Orriols. Por no viajar meses atrás en el tiempo, que podríamos. Díganme si tiene alguna causa justificada que Peter Lim y Anil Murthy, su cómplice necesario en la ciudad con sueldo multimillonario, estén dejando morir así la temporada. A mí no se me ocurre ninguna. Justificada, claro. 

Sin entrar -de momento- en cuentos de príncipes, las consecuencias de la nefasta planificación del pasado verano ya se dejan sentir negro sobre blanco. El equipo que dirige Javi Gracia es el tercer peor Valencia de toda la historia a estas alturas de temporada. En las dos ocasiones previas comparables a esta, el club -que también atravesaba por dificultades económicas- al menos intentó salir de la crisis deportiva con cambios en el banquillo. Aquí no. Aquí seguimos fiándolo todo a que haya tres peores que nosotros. Duele el alma tanta desidia. Eso por no volver a repetirles el tremendo ridículo que ha supuesto aguantar al míster del que vivos y muertos saben que se quiso marchar el mismísimo 5 de octubre. 

Pero en esas estamos. Lim sigue con el grifo cerrado y parece decidido a ahorrarse el finiquito del navarro a toda costa, aunque eso suponga jugar con fuego. Habida cuenta de las dificultades del grupo para conseguir los tres puntos lejos de Mestalla (esta temporada solo ha ganado en San Sebastián y Valladolid, ambos partidos por 0-1), Meriton parece fiar la suerte de esta Liga a que el Valencia sea capaz de doblegar en casa a Alavés, Valladolid y Eibar, algunos de sus últimos rivales como local en competición doméstica en las jornadas 32, 35 y 37. 

Esta mañana, Anil Murthy ha acudido a Paterna. Ha aparecido en el césped para saludar al entrenador. Cinismo que no falte. Como si el equipo estuviera en cuartos de final de la Champions y tuviera opciones de ganar la Liga. Después, el técnico se ha reunido brevemente con la plantilla... y a entrenar. Otro lunes en el que no pasa nada. Así los quiere Meriton. Desafectos, silenciados, pasotas. Ahora bien, con nosotros, bien lo saben todos ellos, han pinchado en hueso. La temporada es una vergüenza. Se mire por donde se mire. Y hay que denunciarlo.