¿Por qué está enterrado en Córdoba el rey Fernando IV?
¿Dónde descansan sus restos y por qué ha pasado a la historia como el Emplazado? Descubrimos la vida y muerte de este monarca con Manuel García Parody
Hoy por Hoy Córdoba. Sección de historia: Fernando IV, el Emplazado
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Córdoba
La "casualidad" quiso que el rey Fernando IV acabase enterrado en Córdoba, nos cuenta nuestro historiador Manuel García Parody.
Corría en año 1312 cuando el monarca, que se encontraba batallando por el sur en una de las muchas campañas que entonces se mantenían contra el reino de Granada, acudió a Martos para presidir un juicio. Los acusados eran los hermanos Carvajal que estaban acusados de asesinar a un gran amigo del rey. "Tremendamente dolido por la muerte de su amigo, y aunque no había pruebas contundentes contra los acusados, el monarca ordenó que fuesen introducidos en una jaula con pinchos y arrojados por la peña de Martos", nos cuenta Parody.
¿Muerte natural o venganza divina?
Según la leyenda, recuerda Parody, antes de morir los condenados lanzaron un aviso al rey: "Quedas emplazado ante Dios que juzgará tu crimen".
Un mes mas tarde, y tras un copioso almuerzo en Jaén, el rey se retiró a dormir la siesta. Nunca despertó. De ahí el apodo de El Emplazado.
Sin embargo, nos cuenta Parody, a principios del Siglo XVIII se exhumaron los restos de los hermanos Carvajal "y se comprobó que los huesos estaban íntegros".
Enterrado en Córdoba
Aunque el plan inicial fue trasladar el cuerpo del monarca a Sevilla o Toledo, las altas temperaturas del momento obligaron a detener la comitiva en Córdoba donde Fernando IV recibió sepultura en la Mezquita Catedral.
Sin embargo, años más tarde, su hijo Alfonso XI expresó su deseo de ser enterrado junto a su padre, para lo que mandó construir la Real Colegiata de San Hipólito, cuyas obras concluyeron en el siglo XVIII, como nos ha contado Manuel García Parody.