No hay tarea imposible para este Sporting
Triunfo inapelable ante el líder, con otro doblete de Djurdjevic, que da al equipo gijonés una ventaja enorme sobre los aspirantes al playoff
Gijón
A este Sporting que parece no tener techo le quedaba una asignatura pendiente: ganar a uno de los equipos de la zona alta. Es cierto que solo el Espanyol le había vencido (con polémica) en la primera vuelta, pero a los rojiblancos se le atravesaba un triunfo contra alguno de los grandes favoritos, esos con los que se codea tanto en los partidos como en la clasificación. Hasta que este domingo, contra un Mallorca que llegaba lanzado, el Sporting logró no solo ganar, sino hacer un partido de equipo grande, maduro y terrible para cualquier rival. Ayudó, por supuesto, el momento goleador de un Djurdjevic que sumó dos más a su cuenta particular, pero el éxito fue fruto de un trabajo colectivo impresionante, con Javi Fuego dirigiendo la orquesta, unos centrales impecables y una asociación de talento en el campo que demuestra que este equipo tiene capacidad para competir jugando bien al fútbol. Ante un rival de esta envergadura, se hubiera aplaudido la victoria fueran las que fueran las formas, pero es que además el Sporting ganó jugando muy bien al fútbol y sin sufrir. Es imposible pedirle más a un equipo y es difícil tener más mérito de lo que están haciendo David Gallego y sus futbolistas.
Por encima incluso del talento, la mayor virtud de los genios está en la perseverancia. Lo mismo para un pianista que para un científico, la constancia es el mejor complemento a la brillantez. Como equipo de fútbol, el Sporting es una obra perfectamente trabajada; un equipo que tiene perfectamente claro lo que quiere hacer y se sabe tan bueno en lo suyo que hace fácil lo difícil. Más que un equipo de fútbol, parece la maquinaria de un reloj suizo. Cada movimiento está estudiado y trabajado. Si a alguno se le olvida, ahí está David Gallego, constructor de este Sporting híper competitivo, para recordarle lo que debe hacer. Y si no le escucha bien, desde más cerca se lo dice Javi Fuego, cuya temporada es sencillamente sublime.
Sobre esa base, innegociable, hay matices. La mayor o menor brillantez del juego rojiblanco depende de las piezas elegidas para cada partido. Cuando juntas en el campo a Pedro Díaz, Manu García, Nacho Méndez y Víctor Campuzano es difícil no ver fútbol de calidad. Apostar por este perfil de futbolistas precisamente ante el Mallorca tiene mucho mérito. Pero Gallego, como sus jugadores, se ha quitado todos los complejos.
La primera media hora del Sporting fue de lo mejor de la temporada. El gol inicial llegó de penalti, pero los rojiblancos podían haber marcado antes, bien en una ocasión de Campuzano a centro de Saúl o bien en un gran pase del propio delantero catalán que Nacho Méndez, con toda la portería para él, mandó fuera. El debutante Campuzano demostró talento y verticalidad, dejando una gran impresión en su debut como titular, al menos mientras le duró la gasolina.
Se iba a a alcanzar la media hora de juego cuando llegó el primer tanto. Antonio Sánchez pisó el tobillo de Javi Fuego en un córner favorable al Sporting y, aunque pueda parecer riguroso, el reglamento deja claro que esa acción es penalti. El árbitro lo confirmó en el monitor y Djurdjevic, engañando al portero Reina, lograba adelantar al Sporting.
Alcanzada la mayoría de edad goleadora, el pichichi quería más. Lo intentó antes del descanso con un disparo desde 30 metros que se fue fuera por poco. Asistió a Campuzano nada más arrancar la segunda mitad, pero el control del fichaje invernal le impidió rematar la faena. Hubo que esperar al minuto 85 para que, con una bella vaselina por encima del portero (tras un mal despeje de la defensa del Mallorca) el futuro internacional por Montenegro diera la tranquilidad definitiva. Definitivamente, este es su año. Le sale todo.
Aunque en realidad el Sporting no sufrió en ningún momento. El Mallorca tuvo más posesión en la segunda parte, pero apenas inquietó; no fue capaz de generar ni una sola ocasión de gol. Y eso es mérito del equipo gijonés, perfectamente plantado en el campo, cómodo en la retaguardia, tranquilo ante la supuesta amenaza. Nervios de acero, que son un síntoma de madurez.
La victoria supone un paso de gigante para cualquier objetivo que se plantee el equipo rojiblanco. Con 51 puntos, ya supera la barrera psicológica de la permanencia. Los empates de Ponferradina, Mirandés y Girona abren un abismo con ellos: para superarle, los bercianos deberían remontarle nueve puntos al Sporting; el resto, más. El ascenso directo estará todo lo lejos que quiera el Almería (que juega el lunes); la distancia estará entre 4 y 7 puntos. Es muy difícil que el Sporting pueda aspirar a eso pero visto lo visto, no pongan puertas al campo. Para este equipo, nada es imposible.
David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...