Vivir con ansiedad en época de COVID: "He tenido algún ataque, pero las tentaciones de suicidio no han vuelto"

Asturias

Gemma Faes tiene 26 años. Natural de Aller, cuenta con dos cursos de Criminología y, actualmente, estudia un grado superior de Administración y Finanzas. Hasta aquí, la historia de una chica normal. Sin embargo, desde hace un par de años, Gemma lucha contra un trastrorno de ansiedad generalizada que ha empeorado con la crisis sanitaria.

El diagnóstico llegó de la forma más común. Llevaba un par de días con dolores en un costado, aunque no le dio más importancia. El problema vino cuando una noche se le empezó a dormir el brazo izquierdo a lo que se sumaron mareos y el reloj pitaba como si le fuera a dar un infarto. Con este cuadro acabó en el hospital y le acabaron diagonosticando el trastorno. 

El confinamiento no supuso un gran cambio para ella porque llevaba un año sumida en el pozo, pero el paso del tiempo acabó pasando factura. "Ver que sigues limitada me acaba desenvocando en ataques de ansiedad y recurrir otra vez a la medicación en ciertos momentos", ha asegurado en SER Gijón. El gran volumen de información que genera el COVID-19 también le ha afectado. "Hay veces que sí me obsesiono porque estás recibiendo constantemente noticias de muertes, no solo de COVID, pero como hay una crisis sanitaria no se da tanta prioridad a otras patologías y eso me genera ansiedad. ¿Si me pasa a mí y no me atienden correctamente, qué me puede pasar? Me agobia un poco", ha reconocido.

Gemma habla abiertamente de sus pensamientos, algo poco común. "Necesito volver a sentir la libertad que teníamos antes. Tienes que estudiar, trabajar y rendir como en una situación normal, pero sin ese periodo de desconexión que todos necesitamos. No sé que va a pasar si seguimos así, pero la incertidumbre es lo que más nos afecta a mí y a otra gente con la que hablo", ha apuntado.

La asturiana ha vivido "algún ataque de pánico aunque los controlo, pero no he vuelto a tener tentaciones de suicidio. Sí tengo caso cercanos que lo están pasando verdaderamente mal y los están empezando a tener" y ha lanzado un mensaje a quien corresponda. "Si ya de por sí, no se recibe un trato decente para estos casos, ahora peor" y es que Gemma, antes de la pandemia, pasó por tres médicos distintos a los que pidió que la derivaran a Salud Mental "para que me atendiese un especialista. En ningún momento lo hicieron, directamente me medicaron".

Únete al canal de WhatsApp de la SER

La joven también habla de la tanatofobia -persistente miedo a la muerte o a morir- y la nosofobia -temor irracional a padecer una enfermedad mortal en un futuro indeterminado-, dos trastornos que conoce en primera persona. "Hay mucha gente que lo padece, que se encierra en casa y tienen miedo irracional a la mínima cosa. Recurres a internet, que no se debe hacer, y ahí te diagnosticas tú solo y lo pasas mal", ha apuntado, pero, frente a los estigmas sociales, "la actitud valiente es la que tenemos los que lo padecemos luchando constantemente contra nuestra mente. La lucha interna con los pensamientos intrusivos, las fobias es lo que de verdad hace que una persona que lo pasa sea más valiente".