Soledad Rubio, Catedrática de Química Analítica: "Las políticas de conciliación son fundamentales"

Córdoba

Soledad Rubio es Catedrática de Química Analítica en la Universidad de Córdoba (UCO). Por ello, divide su tiempo entre la docencia, la investigación y la gesión. Trabaja en el Grupo de Investigación Química Analítica Supramolecular. Desarrollan disolventes "verdes" que sustituyan a los órganicos convencionales, más tóxicos y dañinos para el medio ambiente. Trabajan en campos como la estracción de contaminantes para control de alimentos, antidopaje o calidad ambiental. También en la estracción de compuestos bioactivos a partir de residuos agroindustriales. Por ejemplo, de las cáscaras de tomate se extrae el licopeno y se puede utilizar para fármacos. Y también se dedican a la purificación de aguas residuales.

Fue alumna de la primera promoción de Química en la Universidad de Córdoba en la promoción 1975/1979. En el primer año, se matricularon más de 120 alumnos y en el segundo curso de quedaron 20 en total". De esos 20, que continuaron los 5 años, estamos un 50% de mujeres. "Las mujeres éramos bastantes combativas, y por eso nuestros compañeros decían que la clase era un matriarcado. Fue un curso excepcional", cuenta Soledad, que en aquellos años no sintió ninguna discrimación por ser mujer. Tal vez, opina, porque eran mujeres del mundo rural que tuvieron que dejar su casa muy jóvenes y tenían las ideas muy claras.

Soledad es de Dos Torres. "El problema de mi generación es que en los pueblos pequeñitos no había posibilidad de seguir estudiando así que teníamos que desplazarnos y, en nuestro caso, conseguíamos becas en internados". Desde los 11 o 12 años estaban fuera de casa. "Al principio era duro, pero también nos dio un carácter de sabernos defender y saber lo que queríamos desde pequeñas".

Esta catedrática de 65 años ha desarrollado toda su vida académica en la UCO. Se decidió por la Química gracias a un profesor que le hizo amar esta materia. "Si una persona te transmite los conocimientos con pasión, al final puede hacer que te derives a una u otra área de estudio".

Siempre tuvo claro que quería llevar a cabo una carrera investigadora y realizó su tesis doctoral en el departamento de Química Analítica, que ya era un referente nacional en investigación. En 1986 ya era profesora titular. El siguiente paso era la cátedra. Pero no pudo ser catedrática hasta que la ley cambió y dejaron de ser las universidades las que se dotaban de plazas. "La obtuve una vez tuve la posibilidad de presentarme a oposiciones a nivel nacional". Y la posición de catedrática le permitía llevar su propio grupo de investigación.

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Su familia siempre la ha apoyado. Tiene 3 hijas que han entendido su gran dedicación. Y es que la conciliación es primordial. "Ahora se ha avanzado bastante, aunque sigue siendo un problema. Tú no puedes desaparecer 4 ó 5 años y volver porque todo continúa avanzando en la línea en la que trabajas". Y antes se encontraban sin ningún tipo de conciliación y había que llevar todo junto a la maternidad.

"Las políticas de conciliación yo las considero fundamentales. En el momento en el que yo fui madre, era realmente bastante difícil. Y el problema es que muchas mujeres retrasaron, digamos, su crurrículum. Y ese retraso sí que les ha afectado. Al competir con tus compañeros que no tienen ese impás pues les ha causado que no lleguen a los niveles que deberían haber alcanzado en su momento".

Reconoce que debe analizarse a fondo que solo haya un 20% de catedráticas. Porque entre los 30 y 34 años hay un 52% de investigadoras, y a los 60 años hay un 70% de hombres y un 30% de mujeres. Cuando discuten las razones se aportan muchas, entre ellas la maternidad o la falta de corresponsabilidad en el hogar. Soledad Rubio cree que es necesario estudiar a fondo esta realidad.

En su grupo de investigación, las responsables son 3 catedráticas, una contratada a través de una beca Ramón y Cajal y una contratada de la Junta de Andalucía. Ya los estudiantes de doctorado son hombres y mujeres. "Lo importante es desarrollar todos los talentos que tengas y poner pasión para que el conocimiento avance", afirma convencida Rubio. Por eso, cuando consiguen proyectos que pueden servir para contratar a jóvenes estudiantes es lo que más le llena. Por eso, cuando se le pregunta por mujeres referentes, ella lo ve como una forma de servir de "inspiración".

Su objetivo es seguir formando a estudiantes, también a quienes se dedican a la investigación y, sobre todo "seguir contribuyendo a que avance el conocimiento".