Voluntarios de las colas del hambre: "Las instituciones no están respondiendo"

Madrid

Son muchas las despensas solidarias que se han abierto o reabierto en los últimos meses en Madrid. Algunas, como la de Arganzuela, han tenido que cerrar porque el Ayuntamiento de la capital no ha renovado la cesión del espacio mientras otras temen que les pase lo mismo a lo largo de 2021.

Es el caso de la asociación vecinal Unidad Villaverde, una de las entidades que forman parte de la red de cuidados que se ha creado en este distrito del sur de Madrid para atender mensualmente a aproximadamente 70 familias. Más de 350 personas que sobreviven gracias a las donaciones de vecinos, pequeños comercios, agrupaciones de padres y madres o los centros de salud de la zona. En las estanterías de su almacén se acumulan cajas con productos de primera necesidad como mascarillas, pañales o papel higiénico y alimentos no perecederos.

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Pero a pesar de toda esta colaboración, las asociaciones no consiguen cubrir todas las demandas de ayuda que les llegan, en su mayoría procedentes de familias con todos sus miembros parados o en ERTE. Por eso, piden más colaboración de los servicios sociales del Ayuntamiento de Madrid: "Hemos intentado coordinarnos con servicios sociales por todos los medios para no duplicar ayudas, pero es que estamos en una situación en la que incluso los servicios sociales nos mandan a personas porque no llegan a atenderlas, les dan cita a dos o tres meses vista y ni siquiera eso garantizan una prestación y que consigan cubrir sus necesidades alimentarias", nos cuenta Sara Yuste, una joven de 23 años recién titulada en Sociología y Ciencias Políticas que colabora con esta red vecinal de cuidados.

"Nos organizamos desde el primer momento de la pandemia y pudimos dar una respuesta rápida, pero no sabemos cuánto se va a poder mantener esto sin la ayuda de las administraciones", se lamentaba esta voluntaria, una de las 60 que trabaja habitualmente con esta red, en Hora 14.

Sara también nos relata que no es una realidad nueva y que desde la crisis del 2008 hay familias que no han dejado de pasar necesidad, "pero ahora mismo hay una situación dramática porque cada vez se pide más ayuda". 

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A principios de curso, por ejemplo, se tuvo que brindar material escolar a los hijos de estas familias. "Una colchonería del barrio ha fabricado muebles a medida para otra familia de 5 miembros que ha alquilado un piso que no llega a 40 metros cuadrados y por el que pagan más de 400 euros", añade la voluntaria.

La demanda de ayuda alimenticia se multiplicó por cuatro en 2020

Una imagen, la de las colas del hambre, que se repite semanalmente en otras tantas zonas de la ciudad como Aluche, Lavapiés o Moratalaz. Según los datos aportados ayer por el delegado de Familias del Ayuntamiento de Madrid, Pepe Aniorte, en 2020 se repartieron 90.000 ayudas que habrían llegado a 250.000 personas. Esto supone un incremento por cuatro respecto a las que se dan habitualmente cada año. Si comparemos las peticiones de ayuda del mes de enero en 2020 con las de enero de este año, se habrían duplicado.