Tropezar dos veces en la misma piedra
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Comentario Carlos Prieto 23.02.21
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Asturias
Reza el dicho popular que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra. Y vaya si somos capaces. La historia está llena de ejemplos. En el último año hemos sido capaces de desarrollar una vacuna contra el coronavirus, un hito inédito, como el paseo por marte que se ha dado el Perseverance para conocer más detalles del planeta rojo. También hemos sido capaces de confinarnos, de unirnos y de luchar contra una pandemia que la mayor parte de nosotros no habíamos conocido. Sin embargo, frente a tanta capacidad, frente a tanta riqueza intelectual, también somos capaces de escondernos en un colchón o en un armario para celebrar una fiesta en pleno confinamiento, o justificar la violencia y destrozar ciudades en defensa de lo indefendible. El caso es que con sangre, sudor y lágrimas, hemos vuelto a doblegar al virus. La tercera ola parece derrotada. Llegó con toda su virulencia tras la Navidad, a pesar de todos los avisos y costó miles de vidas, de sueños rotos. Por eso, cuando ahora se reclaman que se levanten las restricciones me da pavor. Oigo eso de salvar la Semana Santa y me parece un sacrilegio. ¿Qué estamos dispuestos a arruinar la recuperación? ¿Merece la pena una desescalada rápida con el riego de que llegue una cuarta ola? Entiendo todo y me pongo en la piel de todos los trabajadores que las están pasando canutas, muchos de ellos autónomos con sus negocios cerrados. Toda ayuda económica será poca y su recuperación será cosa de todos, pero se impone la calma, el asegurar que los contagios se han frenado, que las UVI se descongestionan y los hospitales pueden atender a todos los enfermos. Es el momento de asegurar la recuperación, de poner los cimientos para que si llega una cuarta ola no sea peor que la tercera. Abrir los toriles y recuperar la libertad perdida durante un año en quince días puede resultar letal. Y como llegue la cuarta ola y nos vuelva a pillar maltrechos, pues apaga y vámonos que esto no lo arregla nadie y reinará el caos. Que esta vez no volvamos a tropezar en la misma piedra.