Asturias supera los 2.000 muertos por COVID-19
El informe constata que desde el inicio de la vacunación la curva de fallecidos en residencia se aleja notablemente de la de personas que vivían en sus casas
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Asturias ha conseguido frenar el número de fallecidos gracias a las vacunaciones. / Getty Images
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Asturias
El número de muertes por COVID-19 en Asturias se elevaba el pasado martes a 2.017 personas -que representan el 0,2% de la población regional- si se incluye a pacientes que dieron positivo tanto en pruebas PCR como en test rápidos de anticuerpos.
Esta cifra supera en más de 300 los decesos contabilizados hasta ese mismo con el criterio del Ministerio de Sanidad, que sólo incluye en su estadísticas los casos que han dado positivo a una PCR, según el último informe de mortalidad de la Dirección General de Salud Pública del Principado.
El número de fallecidos implica que en Asturias han muerto el 4,9% de las personas que se han contagiado de coronavirus y que 1.073 de los decesos corresponden a mujeres y 944 a hombres con un rango de edad del conjunto de fallecidos que va de los 26 a los 105 años aunque la edad promedio de las víctimas se sitúa en 83,9 años.
El 74% de los fallecimientos se centran en edades de más de 80 años, aunque en esos tramos etarios han muerto el 83% de las mujeres con COVID-19 y sólo lo ha hecho el 64% de los hombres, y únicamente el 2,6% del total de personas fallecidas tenía menos de 60 años y el 9,4% menos de 70. Por el contrario, por debajo de los 70 años las fallecidas representan el 5,3% de los decesos entre las mujeres frente al 13,8 por ciento que suponen entre los hombres muertos a consecuencia de la pandemia.
El análisis temporal de los fallecimientos constata que en la primera ola se llegaron a alcanzar 69 decesos en una semana mientras que a partir de mayo la cifra se redujo a niveles muy bajos para crecer de nuevo con la segunda ola hasta alcanzar un máximo de 165 decesos en siete días.
El inicio de la tercera ola prácticamente coincidió en Asturias con el arranque de la campaña de vacunación en centros residenciales y, aunque elevó de nuevo la cifra de fallecidos, no ha llegado a alcanzar ni siquiera la mitad del récord de muertes semanales desde que comenzó la pandemia.
En este sentido, el informe constata que desde que comenzaron a inocularse vacunas en los geriátricos el pasado 27 de diciembre la curva de fallecidos en residencias -donde han muerto hasta ahora el 7,1% de sus usuarios- se aleja bruscamente de la de muertes entre personas que vivían en su domicilio -13 frente a 62 en la última semana-.
De esta forma mientras que en la primera ola los fallecidos en residencias suponían el 66,6% de la cifra total de decesos, en la segunda se situaban en el 46,2% y han bajado en la tercera hasta el 26,7%, una evolución que también ha seguido el número de casos detectados que ha pasado de suponer el 32,2% al 12,2% y ahora al 4%. De igual manera, la letalidad en las residencias de ancianos se ha reducido del 34% de los casos detectados en la primera ola, al 23% en la segunda y al 11% en lo que va de la tercera.