¿Necesita un monumento redimirse aireando su origen para que no haya reticencias hacia su valor artístico?

La colocación a la entrada de la Universidad Laboral de un panel que recuerda su pasado franquista ha reavivado una polémica que estalló cuando se planteó presentar el complejo arquitectónico como aspirante a patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Ahora, la izquierda y las entidades memorialistas aplauden, como el propio presidente Barbón, esta medida que puede evitar caer en errores del pasado, uno de ellos ignorar nuestra historia, Cree que la mejor manera de evitar una confrontación en un clima político tan crispado es el recuerdo. Sin embargo, los antiguos alumnos lo consideran una afrenta y la derecha que se vuelven a abrir heridas del pasado y que es una falta de respeto al patrimonio.

¿Necesita un monumento redimirse aireando su origen para que no haya reticencias hacia su valor artístico o carece de sentido señalarlo de modo que pueda causar rechazo en personas de determinada ideología?

¿Se puede equiparar un monumento a una placa en una calle o en una plaza?