Lunes

Asturias

Este lunes, —ya es pasado pero me prevalece cuál enfermedad— con las mimosas y la cotolla floridas y verticales en los bordes de la autopista, las prímulas y las margaritas alegrando el verde del prau-jardín, el diario 'El país' abría a dos columnas con una información del año pasado, sustentada, claro, como todo en este Antropoceno en estadísticas: acumulaciones de sumas, restas y tantos por ciento, motrices y matrices para pautas de ciencias de la naturaleza pero apopléjicas ante las realidades de las ciencias humanas.

Así el lunes fue como los septiembres a los que canta Manolo Tena. En realidad, todos los lunes tienen o debieran tener un poco quizás, como el mes del primer otoño, esa misma vocación de que "todo será diferente/ cuando no rimen el amor y la muerte". Pero este lunes ponía en negrita de cuerpo ¿40? ¿50? en primera lo que ya sabíamos todos pero que en el periódico transustanciaba: el curso de Secundaria, FP y Bachillerato del pasado año fue un coladero.

Si miro atrás, no sé si recuerdo lo mismo de mi época de estudiante de medias todavía en el holoceno. No lo sé pero el lunes, como hacía los lunes de COU en Infiestu, compraba 'El país' con suplemento del domingo porque los periódicos de Madrid llegaban con un día de retraso, fui al quiosco y pagué 3.60 por 'Le monde'. A ver si me entero de algo entre los amarillos de la primavera.