Teresa Ribera lo consigue: une a todos los asturianos
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Comentario Carlos Prieto 09.02.21
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Asturias
Miren que resulta difícil que todos los asturianos nos pongamos de acuerdo en algo. Aquí, en esta tierra de apenas un millón de habitantes, en la que conviven hasta siete partidos en la Junta General, centenares de plataformas que se crean para combatir o apoyar iniciativas y que no nos ponemos de acuerdo ni para ubicar una estación. Pues Teresa Ribera, la ministra de Transición Ecológica, ese departamento ministerial de la nueva normalidad política, que aún no llegamos ni a entender ni a justificar, habiendo ministerios de Economía e Industria, lo ha logrado. Y la verdad es que tampoco era tan difícil conseguirlo, pero lo que hay que reconocer que también es casi imposible ir siempre contra los intereses de Asturias. El injusto, estatuto de las empresas electrointensivas está a punto de acabar con la gran industria regional. Se aplican en Asturias medidas diferentes a las de otras comunidades y a las de otros países europeos. Se ahoga a empresas como ArcelorMittal o Asturiana de Zinc que acabarán marchándose y luego nos daremos golpes en el pecho. La última idea de la ministra para abaratar la luz elevará un 8% su precio a la gran industria. Genial. En Asturias usted conseguirá el recibo más barato, sí, porque nos la cortarán ya que no tendremos ni euros para pagarla ni empresas que iluminar. Pero por si fueran pocas sus posiciones contrarias a esta región ahora se le ocurre a su departamento proteger al lobo, por encima de nuestros ganaderos. Hasta el Gobierno de Asturias se declara en rebeldía y el ministro de Agricultura se echa las manos a la cabeza. Señora ministra vuelve a ignorar lo que es esta región, su industria y ahora su maltrecho mundo rural. Está muy bien asegurar la pervivencia de todas las especies que Dios ha creado: lobos, jabalíes, avispas asiáticas, picudos rojos y hasta la polilla guatemalteca, pero antes debemos asegurar la del ser humano. Aunque suene demodé y hasta antiguo, señora ministra. No nos quite la luz de nuestras industrias y deje en paz nuestro campo, que al final van a convertirnos en un parque temático para que nos visiten los turistas madrileños los fines de semana.