Tras casi 15 años de espera, abre la nueva plaza del Arco del Torreón
Ya ha abierto al público el entorno remodelado del Arco del Torreón. Además de una de las puertas del antiguo Alcázar Real, se ha rehabilitado parte del lienzo de la muralla y un fragmento del foso defensivo
Ciudad Real
Tras más de 14 años cerrado, desde 2006, y varios meses de obra de rehabilitación integral, desde este viernes 5 de febrero ya está abierto todo el entorno del Arco del Torreón. Un espacio diáfano en el que podemos contemplar en su máximo esplendor la antigua puerta del Alcázar Real con el que contó Ciudad Real y que construyó Alfonso X El Sabio.
De hecho se ha recuperado su cota inicial y este puerta de la antigua fortaleza del siglo XIII se ha colocado sobre un pequeño promontorio que corona esta nueva plaza de más de 3000 metros cuadrados. Además se puede ver un fragmento del trazado de la muralla y parte del foso defensivo con el que contaba.
Visitamos el entorno del Arco del Torreón, que podrá por fin ser visitado
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También se han recuperado algunas galerías subterráneas que se utilizaban como almacén y bodega y que se podrán visitar de manera gratuita, eso si, con cita previa a través de turismo.
Un concepto de espacio en el que se mezcla el patrimonio histórico con un concepto de urbanismo moderno y funcional y que además cuenta con un aparcamiento público en el lado más cercano a la Ronda de la Mata.
Galerías subterráneas
El origen y la funcionalidad de estas galerías se desconoce, aunque se pudieron utilizar como bodegas o almacenes domésticos. Se constata que fueron reformadas en varias ocasiones, empleándose diferentes materiales como piedra, argamasa de cal y arena, ladrillos o cemento, y estuvieron abiertas hasta mediados del siglo XX.
A través de una escalinata de acero, accedemos al primer nivel de la galería principal, de donde surgen dos galerías a derecha e izquierda, y una bajada a otro nivel inferior donde se hallaba un distribuidor de otras galerías desaparecidas.
La galería principal tiene unas dimensiones de 11,5 metros de largo, 2 m de ancho y una altura de 3 m en el extremo superior y 5 m en el inferior. Posee dos arcos de medio punto de ladrillo que refuerzan la entrada a las galerías que se abren a ambos lados del descansillo inicial.
La galería derecha conserva una longitud de 2,4 metros desde el arco de entrada hasta el muro que la seccionó con la construcción de un colegio en la parcela colindante. Se mantienen en ella restos del enlucido en la zona inferior junto al arco.
La galería superior izquierda tiene mayores dimensiones, con 15 metros de longitud. Su ancho varía según el tramo ya que posé un nicho a cada lado del arco de entrada. Aquí se encontró una gran piedra volcánica a modo de banco. Seguidamente la galería dobla con dirección noroeste creando un pasillo de 1,65 metros de ancho por 8 m de largo, hasta cortarse a 5 metros en las proximidades del Torreón.
Al final del extremo inferior de la galería principal, se ha documentado un espacio cuadrangular de 4,80 metros de largo por 4,20 metros de ancho que serviría de distribuidor a otros tres corredores desaparecidos.
Muralla y foso medievales
En la parte oeste de la parcela se descubrió un muro cortado, así como el foso defensivo excavado en la roca ante el paramento, que formarían parte de la muralla de Villa Real junto al Alcázar. Se trata de un muro de mampostería de piedra caliza trabado con argamasa de cal, arena y algo de puzolana, que se construye adosándose a la roca recortada, dando cara solamente al exterior. Conserva 10,25 metros de longitud, 1,20 metros de anchura y una potencia máxima de 1,40 metros.
El foso defensivo en forma de “V” estaba excavado en la toba volcánica a entre 60-70 cm del muro. Conservaba 2,40 metros de ancho en la parte superior, 40-60 centímetros en la zona inferior y 2,20 metros de profundidad.
Gracias a las obras realizadas, se han consolidando y balizado los restos de muro y el foso descubiertos que se han protegido mediante una cubierta de chapa de acero cortén y cristal que los aísla al tiempo que los hace visible desde la parte superior.
Cuando se vació el foso, se encontraron restos de animales y cerámicas muy fragmentadas de recipientes pertenecientes a la vajilla de servicio, como ollas, pucheros, cazuelas, una jarra o cántaros incompletos de entre la segunda mitad del XIII y principios del XIV. Pero también otras anteriores: 3 galbos realizados a mano de pastas ocres y rojizas que pertenecerían a vasos posiblemente de la Edad del Bronce, o 6 fragmentos de cerámicas de época tardo-romana.
Agustín Cacho Borrás
Redactor de contenidos en SER Ciudad Real con especial atención al entorno rural y el sector agroalimentario....