Más sobre Álvarez-Cascos

Asturias

¡Qué pena de final de carrera política! ¡Qué desastre, qué imagen pública más nefasta la dada por un personaje que había llegado a lo más alto en el escalafón partidista y gubernamental de este país! Lo que le lleva pasando desde hace ya algún tiempo al en otras épocas no muy lejanas todopoderoso Francisco Álvarez-Cascos es algo achacable a él y sólo a él. A su manera de ser, a su altanería, a su engreimiento, a su falta absoluta de autocrítica. Un poco de mesura, aunque sólo fuera un poco, le hubiera venido muy bien para evitar más de un traspiés a quien fuera líder de la derecha asturiana durante lustros.

Álvarez-Cascos está políticamente solo, muy solo, respaldado únicamente por un reducidísimo número de seguidores de Gijón. Últimamente hasta le ha abandonado el diputado en Cortes Isidro Martínez Oblanca, político cuya carrera simplemente no hubiera existido de no haber contado con el apoyo de Cascos.

Álvarez-Cascos, exvicepresidente del Gobierno de España con Aznar, hasta ha sido expulsado del partido que fundara en 2011, Foro Asturias, formación con la que ganó unas elecciones en el Principado, siendo presidente del ejecutivo autonómico durante unos meses. A partir de entonces Cascos solo ha ido cuesta abajo. Que hasta el partido que creaste te acabe llevando al juzgado acusándote de los presuntos delitos continuados de "apropiación indebida y de administración desleal" es algo realmente raro. Y muy grave.

Eso sí, aunque siempre estuvo en la frontera de algunos de los numerosos chanchullos habidos en el PP durante su tiempo de militancia en este partido siempre logró salir airoso de los trompicones. Por lo menos hasta ahora, en el que el extesorero del PP Luis Bárcenas parece que ha decidido cumplir con su amenaza y tirar de la manta sobre la financiación ilegal de los populares. Y de nuevo, como no, sale a relucir el nombre de Francisco Álvarez-Cascos, quien extrañamente acaba de retirar una demanda interpuesta hace ya un año contra el secretario general de Foro, Adrián Pumares. ¡Qué raro para Cascos!