Las calles de los Centelles
La familia de los Centelles protagonizó episodios importantes de la historia medieval valenciana. Su linaje, rotulado sobre planos callejeros, también nos permite recorrer la evolución urbana de la Valencia contemporánea.
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Callejeando: Las calles de los Centelles
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Valencia
En 1859, el Cronista de la Ciudad, Vicente Boix propuso el cambio de nombre de varias calles de la ciudad que según los cánones de la época eran considerados vulgares o poco adecuados para una capital de la importancia de Valencia, e imbuido por el espíritu romántico, presentó una serie de denominaciones relacionadas con personajes e instituciones del pasado foral valenciano, entre ellas la de ilustres linajes como Moncada, Prócida, Vilaragut o Centelles. Estas dos últimas familias, los Centelles y los Vilaragut, protagonizaron durante la Baja Edad Media lo que en Valencia se conoció como Bandositats, la lucha entre familias burguesas y nobles por el control de los puestos de administración urbanos, creando para ello redes clientelares que acababan uniéndose en bandos enfrentados en auténticas batallas campales en el mismo centro de la ciudad. La violencia se desató en Valencia con tanta virulencia que los Jurados de la ciudad tuvieron que recurrir a San Vicente Ferrer para que apaciguase los ánimos, un episodio notable de nuestra historia que quedó inmortalizado en un retablo de azulejos de Manises realizado por el ceramista Jaume de Scals y colocado en la fachada de la catedral recayente a la plaza de la Almoina en 1957.
El linaje de los Centelles en todas sus ramas ha estado muy ligado desde antiguo a la historia de la ciudad, de hecho ya existía una calle en Valencia conocida como calle de Centelles o Trinquet de Centelles porque allí se encontraba y se encuentra la casa de los Centelles o del Marqués de Nules, en la plaza que hoy conocemos precisamente como plaza de Nules. Aunque también era conocida como la calle de Catalans de Scals o Catalans de Valeriola, linaje ilustre emparentado también con los Centelles y que es el que actualmente ostenta el palacio que fue sede de la Academia de los Nocturnos. Todas estas denominaciones, toponimia histórica de la ciudad, desaparecieron a finales del siglo XIX bajo el nombre del escritor alavés Félix María de Samaniego, que es el que lleva en la actualidad esta calle de topografía retorcida.
La denominación de los Centelles propuesta por Boix se rotuló definitivamente en 1873 para sustituir el nombre de Calot en una pequeña calle situada a espaldas del actual Ayuntamiento, entre las de San Vicente y Arzobispo Mayoral. Una calle que fue absorbida, junto a otras como la calle Culla y la calle de Juan Lorenzo, por las obras de ensanche y apertura de la calle Periodista Azzati a principios del siglo XX. El tradicional linaje de los Centelles desaparecía de esta manera del nomenclátor urbano, primero de su localización histórica, cerca de la casa familiar, y posteriormente de su reubicación decimonónica cerca de la Casa Consistorial.
Pero aún quedaba una última estación para el apellido Centelles. En 1940, tras el fin de la Guerra Civil, el franquismo eliminó del espacio público todos aquellos nombres incompatibles con las ideas del nuevo régimen, entre ellas la calle del patricio Huguet, dedicada durante la República a Gaetà Huguet Breva, hijo de Castellón y uno de los padres del nacionalismo valenciano. Republicano Federal entusiasta, las placas de su calle fueron retiradas por los franquistas, y en su lugar se pusieron las de la nueva denominación: calle de los Centelles, nombre que ostenta en la actualidad esta importante vía del ensanche ruzafeño.