El muro de la discordia
La Firma de Javier Blanco
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"El muro de la discordia", la Firma de Javier Blanco
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Palencia
Después de que el pasado martes se conociese la decisión de mantener el mural feminista en Ciudad Lineal de Madrid, alguien muy cercano me dijo: "bueno, bien está lo que bien acaba". Pues no, no señores.
La rectificación, después del repliegue de Ciudadanos a la propuesta de Vox, me hace acudir a la locución "calumnia, que algo queda", y que muy bien podemos transformar en "confunde, que algo queda", sobre todo si se hace con descaro y cinismo; una práctica demasiado utilizada en estos tiempos, especialmente cuando la disputa por el poder deja al descubierto lo más perverso del ser humano.
Se nos pretende manejar mediante la confusión, y para ello se sirven de la calumnia y de la mentira de modo constante porque así se obtienen mayores recompensas y réditos políticos. Lo grave es que se estén utilizando esas estrategias con el fin de gobernar. Y gobernar es mandar con autoridad o regir algo según unas normas, con el riesgo y el peligro que esto conlleva.
Me pareció una ofensa a la inteligencia y una obscenidad, la indignante aclaración que dio el alcalde de Madrid para justificar que los rostros de mujeres del muro de Ciudad Lineal serían reemplazados por un mural en homenaje a hombres y mujeres paralímpicos. Lo que el sumiso Almeida debiera saber es que los deportistas discapacitados no queremos servir de excusa para que se eliminen símbolos de igualdad y contra la discriminación. Utilizar el movimiento paralímpico para doblar la rodilla ante el chantaje me parece un acto rastrero y despreciable, indigno e innoble en un representante político servil.
Me gustaría saber qué es lo que les molesta del mural. Y me gustaría saber, también, por qué ese afán de justificar la decisión amparándose en los deportistas paralímpicos. ¿Acaso no hay en Madrid otro lugar donde reflejar los valores, que los tienen y muchos, de los deportistas paralímpicos? ¿Se acuerdan casualmente de ellos ahora, para justificar un atentado a la liberación? ¡Qué cinismo!
El juego de la democracia- del que otro día hablaremos más extensamente-está fomentando pasiones encendidas provocadas por aquellos cuyo único fin es conseguir beneficios políticos como sea. La falta de argumentación, el todo vale, la confusión, están contribuyendo a polarizar a la población. Y el ejemplo es la situación y lo sucedido en EE.UU.
No, el arte no crea problemas; el pensamiento mezquino y rastrero sí.
Yo hace tiempo que desconfío de aquellos que promueven y se mueven en la confusión.