Granada reconoce el éxito de los carriles amarillos pero los abre a todo el tráfico y los pintará de blanco
El PSOE ha denunciado que acabar con este sistema de éxito es una claudicación de alcalde Luis Salvador a las presiones de Vox, que ha pedido reiteradamente su eliminación
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Carril amarillo en el Camino de Ronda de Granada / Cadena SER
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Granada
El concejal de Movilidad confirma el fin de los carriles amarillos. Aunque por el carril derecho tendrán prioridad el transporte público, las bicis y los patinetes, cualquier vehículo podrá usarlo. De hecho, se van a repintar en breve con color blanco y líneas discontinuas. Se mantiene la limitación a 30.
Aunque el edil César Díaz desmintió ayer la denuncia del PSOE que aseguraba que Vox había impuesto su criterio al gobierno local y el alcalde había ordenado acabar con los carriles amarillos, el mismo concejal ha tenido hoy que explicar que cualquier vehículo, en la práctica, podrá usar esos carriles y que las líneas serán blancas y discontínuas. El resultado ha sido bueno, muy bueno (reconoce), pero se cambia para convertirlos en 'vías pacificadas'. A Vox no le gustaba y su portavoz ha ridiculizado continuamente sus consecuencias. Ahora, el gobierno local da marcha atrás en la medida.
El concejal fía la efectividad de los carriles solo a la responsabilidad individual. Cada conductor deberá dar prioridad en esos carriles a los buses, taxis, bicis y patinetes, ha recordado el edil. En realidad, podrá usar el carril cuando quiera. Nada se lo impedirá.
César Díaz ha recordado que los carriles amarillos se instauraron con carácter temporal aprovechando el primer estado de alarma para mejorar el tráfico y disminuir la polución en la tercera ciudad más contaminada de España.
El concejal ha recordado que había que dar una solución definitiva y que los resultados han sido buenos con autobúses más rápidos y taxis ofreciendo carreras más baratas. Pero el sistema, a pesar de su éxito, se cambia.
Fuentes internas del gobierno local han confirmado a la SER que estas modificaciones son fruto de la imposición directa del alcalde. Luis Salvador, de hecho, dijo en público que la decisión sobre el asunto sería suya.