¡Qué viene el lobo!

Asturias

El cuento 'Pedro y el lobo' constituye uno de mis recuerdos infantiles. Mi padre me lo contaba de pequeño y yo quedaba extasiado, por el castigo que recibía Pedro, que sinceramente, me parecía excesivo. De mayor, me hacía una versión abreviada: 'Que luego viene el lobo' y otras veces, simplemente me decía: 'Acuérdate de Pedro'. Esta tarde quiero también yo recordarles el cuento, porque me temo que el lobo está acechando y para Reyes puede darnos otro zarpazo, que seguramente será el último, pero no por ello menos doloroso. En las últimas horas, Alemania, Inglaterra y Francia han incrementado las restricciones con vistas a las próximas fiestas navideñas. Incluso los díscolos holandeses y los incrédulos suecos se suman a las medidas más duras contra la pandemia. Es más, los países de la Unión Europea han presionado a la Agencia del Medicamento, para que apruebe la vacuna de Pfizer antes de Navidad. Es decir, se temen lo peor.

Aquí, sin embargo, cuando parece que estamos superando la segunda ola, hemos comenzado a relajar las medidas, por motivos sanitarios, avalados por especialistas, y por causas económicas, porque la situación de muchos sectores comenzaba a ser insostenible. Pero nos hemos lanzado a la calle, como si quisiéramos recuperar el tiempo perdido. Las imágenes de las colas en los grandes centros comerciales dan vértigo. Y en una semana los adolescentes estarán de vacaciones y las fiestas, botellones y demás encuentros volverán a repetirse como en agosto. Y luego pasó lo que pasó. No sé que más nos tiene que suceder para que el sentido común, que ya decía Winston Churchill es el menos común de los sentidos, impere y aprendamos a convivir con el virus hasta que la ansiada vacuna produzca la inmunidad del rebaño. Pero hasta entonces, una tregua, o bajar la guardia puede resultar mortal para los más vulnerables. La próxima vez que nos encontremos se habrá celebrado el Sorteo de Navidad, que simboliza el inicio de las vacaciones. Pero creo sinceramente que en las próximas semanas lo que nos vamos a jugar es mucho más importante. Es el futuro. Y ese premio nos tiene que tocar a todos.