La quiebra del turismo y el colapso de las ayudas sociales aceleran los desahucios en Tenerife
Cáritas ha intensificado sus actuaciones en el sur de la Isla, la zona más afectada por la crisis económica
Hace unos días que abandonó el piso en el que vivía con sus hijos de 2 y 11 años para evitar un desahucio inminente por el impago de alquiler. Jessica, una madre residente en el sur de Tenerife, relata las consecuencias económicas que ha tenido la pandemia para su familia: "La dueña no me podía sostener en la casa, lo entiendo perfectamente, pero al final veo que hay un problema grande y es que no disponemos de viviendas. Me he tenido que venir a una habitación".
Actualmente comparte piso y recibe el soporte de una ONG bajo el sentir de rechazo. "Ahora mismo hay mucha gente que está en la misma situación y lo único que te ofrecen son ayudas sociales, comida. Si no tienes un padrón, cuando dejas tu vivienda no te puedes empadronar, como yo ahora, que al compartir casa no puedo permitirme empadronarme. Te cierran las puertas, no te dan si quiera asistencia de oficio, no puedes pedir ayudas alimentarias y, mucho menos, optar a una vivienda digna para los niños".
Jessica explica cómo todo comenzó a torcerse en marzo. Hasta entonces, contaba con unos ingresos que se han desplomado con la Covid-19: "Este mes me han aprobado la prestación de la RAI (Renta Activa de Inserción), pero estoy en las mismas. Hoy, por ejemplo, he cobrado 170 euros. Para alimentación está genial, pero para el techo, para los niños...".
La realidad se agudiza en un Archipiélago empobrecido históricamente. Los desahucios juegan estos días un papel fundamental en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado y también en los barrios, donde la empatía emerge por las vivencias en carnes propias. "Si te ves que no puedes pagar ni una habitación para tus hijos y no tienes un techo, es lo que te queda (ocupar una vivienda). Ahora sí puedo entender la desesperación de las familias", explica Jessica.
La dependencia del turismo y el colapso de las ayudas, los aceleradores de los desahucios
Tenerife lastra no solo un déficit de viviendas públicas, extensible al resto de Islas, sino también de respuesta habitacional para las personas en situación de vulnerabilidad. La responsable del proyecto Base 25 de Cáritas, Alejandra Hernández, asegura que antes de la pandemia ya "acompañábamos a muchas familias con muchas dificultades, rotas, y con muchos problemas para acceder a la vivienda y para acceder al alquiler. Esta crisis económica lo ha empeorado todo".
El pulso económico se tensiona especialmente en el sur de la Isla, con un vacío turístico en las calles que se traduce en cierres de locales, en despidos y en los ERTE. Al respecto, Hernández añade que "todas las personas que venían teniendo dificultades, tienen muchas más ahora. Y muchas personas que venían (a Cáritas) con su sueldo y pagaban los alquileres y las hipotecas, ahora mismo no las están pagando".
A esto, la ONG suma el colapso del Servicio Público de Empleo Estatal con los consiguientes retrasos en la concesión y transferencia de rentas sociales como uno de los puntos clave para el desenlace de los desahucios. "Lo tedioso que son los procesos en las administraciones, lo complejo que es pedir una prestación y lo que se están dilatando las respuestas, está haciendo que muchas familias que estaban pendientes de ayudas sociales vean sus procedimientos judicializados", concluye.