Armarios iluminados

León

Se despereza este Diciembre pandémico y anda el personal todo mendigando unas migajas de colorín , de alegría luminaria que le permita huir un ratito del manto de tristeza que nos cubre desde hace ya tantos meses que podría decirse que este año el invierno arrancó en Marzo.

Y mientras los muertos anónimos siguen engrosando cada día la lista infinita del dolor, salimos a la rúa como zombies sonámbulos a la busca de iluminación navideña, o de un collage modernísimo sobre el suelo de Ordoño. Algo que nos aleje siquiera un segundo de la nube negra en la que habitamos desde hace ya demasiado. O a crujir la tarjeta en un Blas Friday de pichiglas , mientras notamos el subidón adrenalínico de quien es el mejor comprador del mundo, llenando los armarios de ilusiones evanescentes.

Algo así, hablando de armarios llenos, le debió ocurrir al europarlamentario húngaro Joseph Szajer, íntimo del neofascista Orban, quien fue detenido la semana pasada mientras concelebraba una orgía homosexual en un pisito de Bruselas. Según dice la policía, el húngaro, famoso por su defensa de la familia de toda la vida, la de las peras y las manzanas, y por su saña con los pecadores sodomitas, fue interceptado con los calzoncillos por los tobillos descolgándose por una tubería mientras alegaba su inmunidad parlamentaria.

Oyendo algunas de las barbaridades que este húngaro apóstol del griego decía de los homosexuales hasta el día de autos, no me extrañaría que aquel gendarme bruselense le hubiera puesto las esposas mientras le recriminaba firmemente: Tú sí que eres maricón,