Salvar la Navidad

Córdoba

Parece que es el objetivo general. Hacia él se orientan hoy la mayoría de las medidas restrictivas, los confinamientos, los esfuerzos, los compromisos... Todo parece ordenado a un objetivo común: salvar la Navidad. Obviamente no se refieren a salvar el acontecimiento, sino la campaña que lo rodea. El equilibrio entre sanidad y actividad económica realmente parece imposible ante este virus, pero no deja de ser importante afrontarlo. La cuestión es cómo. Porque aquí, como casi siempre, también hay opciones, modelos, alternativas... La investigación en torno a las vacunas, aunque esperanzadoras, parece aún de ejecución lejana, por más que se prevea una efectividad alta. Pero para la Navidad puede que queden pocas esperanzas. Permítanme que les comparta una confidencia. Yo sí tengo puesta mi esperanza en la Navidad y sí, me estoy refiriendo al acontecimiento más que a la campaña económica. No creo que haya que salvar la Navidad, más bien ésta viene a salvarnos a nosotros. A salvar nuestras ilusiones, a salvar nuestras esperanzas desgastadas, a salvar nuestros sueños más altos, a salvar nuestra oportunidad de ser mejores... De esta crisis sanitaria, social y económica, lamentablemente, saldremos menos. Son muchos, demasiados, los que han perdido la vida. Sólo en nuestra provincia de Córdoba más de 350 fallecidos en cifras oficiales y una cola enorme de personas acudiendo a nuestras parroquias para solicitar la ayuda de Cáritas, que llega hasta donde puede. Necesitamos, por tanto, no sólo salir, sino salir mejores. Y de esto, sólo nos puede salvar la Navidad.